[El fascismo] representa los últimos esfuerzos de la actual clase dominante para dotarse de unas líneas de defensa seguras para proteger su derecho a la vida frente a los ataques revolucionarios. [...] aparece no como un partido que aporta un nuevo programa, sino como una organización en lucha por un programa que existe desde hace mucho tiempo, el del liberalismo burgués.
Amadeo Bordiga