La socialdemocracia europea rema a favor del fascismo

PCOE (*)

A lo largo de la pasada semana, altos mandos militares europeos señalaron que los ciudadanos europeos deben prepararse para la guerra.

El ministro de defensa alemán, Boris Pistorius del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), advierte de que los Estados europeos deben armarse advirtiendo de una guerra a medio plazo contra Rusia.

El presidente alemán, Olaf Scholz, socialfascista, decía en octubre que ”tenemos que deportar de una vez a gran escala”, meses después, a primeros de enero de este año en curso, el Bundestag aprobaba una ley para facilitar la deportación masiva de inmigrantes apoyada por la mayoría parlamentaria compuesta por socialdemócratas, verdes y “liberales”, con el rechazo de la extrema derecha – llámese CDU o AfD – que querían una ley todavía más reaccionaria de la ya de por sí realizada por la socialdemocracia alemana. De hecho, Correctiv sacó recientemente a la luz el encuentro que se produjo en noviembre entre militantes de AfD, conocidos líderes neonazis y empresarios para trazar un plan para la deportación masiva y forzosa de millones de extranjeros, solicitantes de asilo y personas de raíces migrantes de Alemania. Como puede verse, ahí tenemos a la socialdemocracia haciendo lo que ha hecho siempre, allanar el camino al fascismo, hacer el tándem con la reacción para arremeter contra la clase obrera.

La socialdemocracia alemana, en el gobierno teutón, se ha mostrado terriblemente sumisa a los EEUU, el caudillo fascista del mundo. Desde 2022 no vacilando en ir incluso en contra de su propia población y su economía al objeto de beneficiar a los EEUU en lo que concierne al conflicto militar ruso-ucraniano. Una sumisión belicista al policía fascista del mundo que está destrozando la economía germana y que conlleva un incremento en el gasto militar a la par que se deteriora el tejido productivo alemán, se depauperan las condiciones de la clase obrera alemana donde los salarios pierden poder adquisitivo con respecto a la subida de la carestía de vida – sucediéndose multitud de huelgas, por ejemplo de ferroviarios, en los aeropuertos, etc. – y contrayéndose subvenciones que provocan el estallido del pequeño campesinado.

Una socialdemocracia alemana en el gobierno que, como siempre a lo largo de la historia, ha cerrado filas con sus monopolios.

Lo hicieron en 1914, chupándole las botas al Káiser Guillermo aceptando los créditos para la I Guerra Mundial alineándose con sus monopolios. Lo hicieron coaligándose con los fascistas, con sus freikorps, para frenar la revuelta proletaria espartaquista asesinando a Karl Liebcknecht y Rosa Luxemburgo. Lo hicieron aupando al poder a Hitler. Y lo hicieron una vez derrotado el III Reich por la URSS, convirtiendo a la RFA en un reducto reaccionario desde donde EEUU, la CIA hacía y deshacía como le venía en gana en la Europa capitalista, como lo atestigua la acción política de Willy Brandt. “El PSOE va donde diga la CIA a través de Willy Brandt. Hasta el propio Bundestag alemán se acaba de denunciar que la Fundación Fiedrich Ebert del SPD recibe dinero directamente de la CIA” (Justo de la Cueva “El PSOE va donde diga Willy Brandt”. Ed. Tricolor, mayo 1979).

Socialdemocracia que no solo ha remado en favor de la reacción y le ha allanado siempre el camino a los fascistas en Alemania, como hemos visto que lo está haciendo ahora y lo ha hecho a lo largo de su miserable existencia, sino que es un denominador común de lo que es la socialdemocracia.

En la historia del siglo XX en España, el PSOE – y su sindicato la UGT – colaboraron con el gobierno del fascista Miguel Primo de Rivera, admirador de Mussolini, traicionando a la clase obrera entre 1931 y 1933 alineándose con la burguesía, traicionando a la II República apoyando una parte el golpe de Estado de Segismundo Casado que facilitó la victoria franquista. Durante el Franquismo, el PSOE, lejos de estar 40 años de vacaciones, lo que hizo fue apoyar al franquismo – en tanto dicho partido estaba alineado con la “democracia burguesa” representada a nivel internacional por los gobiernos británico y norteamericano, los cuales en la práctica apoyaron al dictador fascista inquilino de El Pardo. Y el camino transitado desde Suresnes, del PSOE del GAL, del Terrorismo de Estado, de la OTAN, de la UE, de las guerras imperialistas, del chovinismo, de las concertinas y de la corrupción desde el reaccionario Felipe González hasta el día de hoy es por todos conocido.

Quien crea que la socialdemocracia – ya sea en su versión clásica (PSOE) o en sus conversos (SUMAR/PCE/IU, PODEMOS, BILDU, ERC o BNG) – pueden ofrecer una salida a la clase obrera está completamente equivocado pues ésta forma parte de la burguesía y su ideología y, consecuentemente, defiende los intereses de esa clase, como lo ha hecho a lo largo y ancho de su historia.

La socialdemocracia, hoy y siempre, siempre rema en favor de los monopolios, de la reacción y, consecuentemente, es enemigo jurado de la clase obrera, del auténtico socialismo.

En las condiciones actuales del modo de producción capitalista en su fase imperialista, donde se agudizan las contradicciones del sistema de explotación reinante, la burguesía es conocedora de que los gobiernos socialdemócratas son, al mismo tiempo, débiles e inoperantes. Ello provoca que la salida marcada por los monopolios sea la derechización total de la política, allanando el camino a los partidos fascistas y poniendo en funcionamiento para tal empresa a todos los engranajes del Estado burgués, todas las fuerzas reaccionarias, los medios de comunicación y, por supuesto, también a sus esbirros eurocomunistas y socialdemócratas. La burguesía, como es coherente con su propia naturaleza, buscará la solución a las contradicciones por medio del fascismo y la guerra imperialista.

El capitalismo monopolista, el imperialismo, sólo tiene la salida de la guerra imperialista, que es donde estamos. El imperialismo está en bancarrota, y ahí está la inflación desbocada que ha vaciado de todo valor a las monedas de las potencias imperialistas – por ejemplo el dólar norteamericano y el euro – y las deudas impagables; los choques de las potencias imperialistas cada vez son más grandes en el terreno comercial, tecnológico, político, armamentístico de tal modo que la guerra es la única forma que tienen de someter unos a otros, de liquidar fuerza productiva – clase obrera – que les sobra y mediante la guerra, la precarización del trabajo y la privatización de los servicios públicos pretenden liquidar a todo el excedente humano. Por eso tanto desde la OTAN, como desde el gobierno alemán – cual esbirro de la potencia más asesina de la historia – advierten a la población civil alemana, y de los demás países imperialistas en la órbita norteamericana, que debe prepararse para la guerra, o lo que es lo mismo, para ir a matarse con otros obreros de otras latitudes del mundo para satisfacer los intereses de los monopolios, los mayores asesinos del planeta, los grandes empresarios, los podridamente ricos.

La única salida que tenemos los obreros, los parias de la Tierra, para imponer la paz, para garantizar la vida en el planeta, para garantizar una vida digna es alzarnos contra el capitalismo, es desarrollar la Revolución Socialista y acabar para siempre con el capitalismo.

El capital es una fuerza internacional y el proletariado sólo puede triunfar sobre él mediante la unión internacional de los obreros, mediante el internacionalismo proletario.

Es necesario tejer la unidad de la clase obrera y esta sólo puede darse con la unidad internacional de los comunistas. Por encima de toda particularidad están las cuestiones generales del proletariado, la victoria de la Revolución Socialista Mundial.

Y para tejer esa unidad es fundamental el desarrollo del Partido Leninista, que es el alma y el corazón del proletariado. Y el Partido sólo puede abrirse camino combatiendo a muerte a la burguesía, a su sistema económico capitalista y a sus ideologías – el fascismo, el nacionalismo, la socialdemocracia y el oportunismo.

(*) PCOE. Partido Comunista Obrero Español.

Fuentes:

https://canarias-semanal.org/art/35713/la-socialdemocracia-europea-rema-a-favor-del-fascismo

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