El fascismo relaciona al Estado y su función con una nueva categoría [...]: la Nación. La mayúscula que quita a la palabra Estado, el fascismo se la añade a la palabra nación. [...] Habrían de explicar, sin embargo, la pretendida diferencia existente entre su principio supremo, la Nación, y la auténtica organización actual del Estado. En realidad, el término “Nación” equivale sencillamente a la expresión burguesa y democrática de soberanía popular, soberanía que el liberalismo pretende que se manifiesta en el Estado. El fascismo, pues, no ha hecho más que heredar nociones liberales, y su recurso al imperativo categórico de la Nación no es sino una manifestación más de la clásica estupidez consistente en disimular la coincidencia entre Estado y clase capitalista dominante.
Amadeo Bordiga