Pero un Estado liberal que para defenderse necesita abolir las garantías de libertad, demuestra históricamente que su doctrina liberal, su interpretación de la misión histórica de la burguesía y de la naturaleza de su aparato de gobierno, es falsa. Sus verdaderos fines, en cambio, se muestran ahora claramente: defender con todos los medios a su alcance los intereses del capitalismo, es decir, empleando tanto los malabarismos políticos de la democracia como mediante la represión armada, cuando los primeros no bastan para frenar los movimientos que amenazan al propio Estado.
Amadeo Bordiga