¿Se ganó la II guerra mundial con el desembarco de Normandía?

Eric margolis

Según el autor de este artículo, la mayoría de los estadounidenses, británicos y canadienses – y no digamos ya de los españoles- están totalmente convencidos de que el «Día D» del desembarco aliado en Normandía, constituyó el «golpe decisivo» que puso fin a la Segunda Guerra Mundial en Europa. ¿Fue realmente así ? Y si no lo fue … ¿cuáles son las pruebas históricas que testifican lo contrario?

En mis muchas visitas a pie al vasto campo de batalla de Normandía, en Francia, no dejaba de recordar siempre el sabio refrán del rey de Prusia, Federico el Grande que decía : «el que defiende todo, no defiende nada».

El próximo mes de junio se cumplirá el 77 aniversario del conocido como el desembarco del «Dia D», en Normandía. Vale la pena recordar ahora por qué el refrán del viejo monarca acertó en lo que se refería a la batalla de la Segunda Guerra Mundial librada en el norte de Francia.

Adolf Hitler, un veterano cabo de infantería, tendría que haberlo tenido en cuenta el refrán. Defender la costa europea, desde Bretaña hasta Noruega, era una tarea imposible dada la debilidad militar y económica que ya sufría Alemania en el año 1944. Sin embargo, pareció no haberlo entendido nunca. Resulta sorprendente que habiendo superado las fortificaciones de la «Línea Maginot» francesa en 1940, Hitler y su Alto Mando repitieran los mismos errores estratégicos y tácticos que habían cometido los franceses, solo cuatro años después: no disponer de suficientes reservas para contraatacar eficazmente a las fuerzas de avance enemigas.

No obstante, el llamado «Muro Atlántico» de Alemania parecía imponente sólo en el papel, pero era demasiado largo, demasiado delgado, carecía de profundidad defensiva y no disponía de las fuerzas de reserva adecuadas. La «Línea Maginot» adoleció exactamente de los mismos fallos. Las fortificaciones de Estados Unidos que protegían Manila y las fortificaciones «inexpugnables» de Gran Bretaña en Singapur, también resultaron ser absolutamente inútiles. Los japoneses, se limitaron a marchar imbatibles sobre sus indefensos traseros.

En 1940, la Wehrmacht alemana era la mayor máquina militar de combate que se había conocido en la historia moderna. Pero tan sólo cuatro años después, la Wehrmacht se rompió como si fuera de cristal. ¿Cuál fue la razón? La mayoría de los estadounidenses, británicos y canadienses están convencidísimos de que el «Día D» constituyó el «golpe decisivo», que puso fin a la Segunda Guerra Mundial en Europa. Pero la realidad histórica, en cambio, fue bien diferente.

La poderosa Wehrmacht alemana, que incluía a la Luftwaffe, fue destruida por la Unión Soviética de Stalin. El Ejército Rojo destruyó 507 divisiones alemanas, 48.000 tanques alemanes, 77.000 aviones alemanes y 100 divisiones de tropas aliadas de Alemania, que procedían de Italia, Rumania, Hungría, Eslovaquia y Finlandia.

Sucede, además, que muy pocos estadounidenses han oído hablar alguna vez de la ofensiva soviética del Lejano Oriente de 1945, una enorme operación que se extendió desde Asia Central hasta Manchuria y el Pacífico. Al menos 450.000 soldados japoneses fueron muertos, heridos o capturados por el Ejército Rojo, el 32% de las pérdidas militares totales de Japón durante la guerra. Sin embargo, no es algo a lo que se otorgara relevancia alguna en los libros oficiales de historia. La realidad es, empero, que los soviéticos estaban justo a punto de invadir Japón cuando los Estados Unidos decidieron bombardear ese país con dos armas nucleares.

De los 10 millones de bajas de Alemania en la Segunda Guerra Mundial, el 75% fueron infligidas por el Ejército Rojo. La otrora poderosa Luftwaffe fue diezmada en Rusia. Casi toda la producción militar alemana se destinó a abastecer el frente oriental de 1.600 km, donde las fuerzas de élite alemanas fueron derrotadas en batallas tan titánicas como la de Kursk y la de Stalingrado, que involucraron ellas a millones de soldados.

El ejército soviético perdió más de 20 millones de hombres. Las pérdidas totales de Estados Unidos, incluido el Pacífico, fueron de un millón. Para el mariscal Stalin, el «Día D», la campaña norteafricana e italiana fueron simplemente espectáculos de mera distracción para el entretenimiento de fuerzas del Eje, mientras el Ejército Rojo avanzaba imbatible hacia Berlín.

El «Día D» fue sin duda una de las mayores hazañas logísticas de la historia militar moderna. Por cada tanque estadounidense que destruyeron los alemanes, fueron sustituidos por diez más. Cada tanque alemán era casi insustituible. El transporte de más de un millón de hombres y su equipo pesado a través del Canal fue un triunfo.

En junio de 1944, las tropas alemanas en Normandía y a lo largo de toda la costa del Canal de la Mancha casi no tenían combustible diesel ni gasolina. Sus tanques y camiones fueron inmovilizados. El poder aéreo aliado disparó a todo lo que se movía, incluido un automóvil del Estado mayor que transportaba al mariscal Erwin Rommel ametrallado por el propio y valiente futuro general aviador de Canadá, Richard Rohmer. Sin embargo, preciso es reconocer que las unidades alemanas en Normandía sólo tenían una efectividad de combate por debajo del 40%, incluso sin contar con su escasez de combustible.

Los alemanes que ocupaban Francia también andaban muy escasos de municiones, suministros y comunicaciones. Las unidades solo podían moverse cuando entraba la noche, y muy lentamente. Hitler se mostró reacio a liberar fuerzas blindadas de sus reservas. Tan solo el bombardeo masivo de los aliados sobre Normandía mató a entre 15.000 y 20.000 civiles franceses, arrasando con muchas ciudades y pueblos.

Churchill dijo una vez: «Nunca conocerás la guerra hasta que luches contra los alemanes». Sin cobertura aérea ni combustible y muy superiores en número, las fuerzas alemanas en Normandía lograron, no obstante, montar una fuerte resistencia, infligiendo 209.000 bajas a las fuerzas estadounidenses, canadienses, británicas, francesas libres y aliadas. Las pérdidas alemanas rondaron los 200.000.

Pero en todo esto hay algo que destacar. La verdad histórica es que sin la «Gran invasión», el Ejército Rojo habría llegado a París y los Puertos del Canal a finales de 1944. Y esa es una realidad, no un mito.

Fuentes:

https://canarias-semanal.org/art/30357/se-gano-la-ii-guerra-mundial-con-el-desembarco-de-normandia

Uso di Cookies

Questo sito utilizza i cookies per voi di avere la migliore esperienza utente. Se si continua a navigare si acconsente all'accettazione dei cookie di cui sopra e l'accettazione della nostrapolitica dei cookie, fai clic sul link per maggiori informazioni. Cookie Policy

ACEPTAR
Aviso de cookies