Fermín Domínguez
Un equipo de científicos liderados por el profesor Jabob Freeman, de la Universidad de Utah, Jacopo Baggio, de laUniversidad de Florida y Erick Robinson, de la Universidad de Wyoming ha llegado a la conclusión de que “La globalización, es la causa de que las antiguas civilizaciones cayeran como un dominó”.
Según los resultados de su investigación, publicada por la revista “Proceedings of the National of Sciences”, este equipo de científicos ha descubierto –empleando el consumo de energía como eje de la investigación-que una economía global más integrada provocó el ascenso y la caída de las antiguas civilizaciones.
Según los investigadores, al medir la sincronía entre ambos procesos se observó cómo se desarrollaba el tránsito entre el surgimiento, apogeo y desaparición, lo que en que muchos casos se producía simultáneamente.
En el informe se da cuenta de que las tendencias de sincronización de entonces son similares a las que hoy se desarrollan a una escala aún mayor dadas las innumerables interdependencias de nuestras sociedades.
Como conclusión última, los investigadores apuntan a que “cuanto más estrechamente conectados e interdependientes nos volvemos, más vulnerables somos a una gran crisis social o ecológica en otro país que se extiende al nuestro”.
En palabras del profesor Erick Robinson, “mientras más sincronías haya, cuanto más ponemos todos nuestros huevos en una sola canasta, menos nos adaptamos a los cambios imprevistos. La crisis financiera de 2007 a 2008 es un buen ejemplo reciente”.
Sin embargo, si aceptamos como conclusión, como han hecho la mayoría de los medios que se han ocupado de esta interesante investigación, que la globalización ha sido la responsable tanto del asenso como de la desaparición de las antiguas civilizaciones, estaríamos negando el papel que han jugado los seres humanos dentro de un proceso que es el resultado del desarrollo mismo de la humanidad.
La “globalización” en general, como proceso de intercomunicación e interdependencia en términos de creación humana, cultura material y espiritual al nivel de todo el globo terráqueo, no es la causante de las catástrofes civilizatorias. Lo han sido las formas concretas que ésta ha adoptado, impuestas bajo el signo conquistador, colonizador o capitalista. Todas ellas con una correspondiente imposición de “pensamiento único” en lo económico, lo político, lo tecnológico y, por supuesto, en lo cultural.
Hoy, la globalización capitalista, todavía bajo el poder hegemónico de Estados Unidos y del llamado «American way of life» no solo podría conducir a la destrucción de una civilización, sino que amenaza, por el poder destructor de la tecno-ciencia contemporánea, al conjunto de la humanidad.
Este posible desenlace, sin embargo, no es una consecuencia inevitable del desarrollo de la «globalización» ni de la ciencia. El desastre se podría evitar con otro tipo de globalización que responda a los retos de nuestro tiempo, movida por el objetivo de satisfacer las necesidades básicas de la población mundial, respetando los límites naturales de los ecosistemas que sostienen la vida, y que potencie la diversidad cultural, reconocida como el mayor activo para garantizar la adaptación humana al medio y el progreso real de nuestra especie. Una globalización socialista que subvierta tanto la base material del capitalismo y como los valores necesarios para su reproducción.
Fuentes:
http://canarias-semanal.org/not/23561/-por-que-desaparecieron-las-antiguas-civilizaciones-/