My Lay: uno de los capítulos más siniestros de la historia de la segunda mitad del siglo XX

Aday Quesada

En un remoto rincón de Vietnam, las cicatrices de la guerra aún continúan latiendo con fuerza, aunque de aquellos acontecimientos haya transcurrido más de medio siglo.

    My Lai, un pequeño y apacible pueblo vietnamita, se convirtió en escenario de una de las peores masacres de la historia, donde 504 vietnamitas, desde bebés hasta ancianos, dedicados la mayoría de ellos a la agricultura, fueron brutalmente asesinados por soldados estadounidenses, en un baño de sangre que conmocionó al mundo.

En el mismo fragor de la Guerra de Vietnam, un conflicto desgarrador y brutal, los altos mandos de Washington decidieron adoptar una postura drástica en relación con el conflicto: convertir cada aldea en un blanco legítimo, en un bastión guerrillero a exterminar a sangre y fuego. Importaba poco que los vecinos esas aldeas estuvieran o no implicados en la guerra de guerrillas en contra la presencia norteamericana en ese territorio. Según los altos mandos militares norteamericanos, había que dar un ejemplo.  Y a la pequeña aldea de My Lai pretendieron convertirla en la referencia del escarmiento que había que realizar.

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VISTA PARCIAL DE LA MASACRE

Aquel fatídico 16 de marzo de 1968, la «operación militar» comenzó con un bombardeo de artillería que duró aproximadamente unos cinco minutos. Los helicópteros descendieron sobre el pueblo, pero no encontraron guerrilleros. Sin que ello importara un bledo, los soldados norteamericanos abrieron fuego contra los campesinos que trabajaban en los arrozales, aterrorizando a la población y dejando un sangriento rastro de muerte y destrucción.

Los pocos sobrevivientes de aquella masacre, aún marcados por el horror, han revelado ahora, medio siglo después, cómo pudieron lograr esquivar la muerte en aquel infierno de llamas y exterminio.

    Pham Thanh Cong, uno de los testigos, ha recordado cómo los soldados estadounidenses mataron a sus vacas y prendieron fuego a su casa, antes de lanzar granadas al sótano donde él se refugiaba junto a su familia.

     «Los soldados masticaban chicle, y con toda tranquilidad apretaron el gatillo, disparando a personas y animales», recuerda hoy con amargura.

Otro superviviente de la masacre, Vo Cao Loi, todavía hoy continúa exigiendo justicia para los responsables de aquel inmenso horror.

   «Los que dirigían esta guerra, desde el Pentágono y la Casa Blanca, deberían haber rendido cuentas ante la justicia», reclama todavía lleno de rabia  Vo Cao Loi.

LAS COTIZADAS «CONFERENCIAS» DEL TENIENTE CALLEY

El teniente William Calley fue el único juzgado y condenado por la matanza de My Lai, pero su condena a cadena perpetua fue prontamente rectificada en los tribunales estadounidenses, sustituyéndola por la de libertad condicional en 1974, apenas seis años después de que las tropas bajo su mando consumaran la masacre.

Según informa la prensa estadounidense, el ex teniente Calley se dedica ahora a impartir cotizadas «conferencias» sobre sus «experiencias» bélicas en Vietnam.

Pese a la notoriedad que alcanzaron en los Estados Unidos sus crímenes masivos, en la localidad donde vive, Atlanta, es considerado como un ciudadano «respetable». 

Hace ya unos años, un equipo de reporteros británicos del Daily Mail trató de conseguir de él una entrevista con objeto de recabar su postrero testimonio sobre lo sucedido en la aldea vietnamita. Calley pidió por la entrevista la friolera de 25.000 dólares. Pero el periódico conservador británico se negó rotundamente a pagarle esa enorme cantidad.

Sus amigos aseguran que el ex teniente William Calley que a día de hoy, continúa careciendo del menor remordimiento sobre lo sucedido en My lay. Repite, una y otra vez, la misma cantinela con la que un día trataran de argumentar también los verdugos nazis después su derrota en II Guerra Mundial. Pretexta, como hicieron aquellos, que se limitó «cumplir órdenes».

SEYMOUR HERSH  Y  RON RIDENHOUR, DOS TESTIMONIOS CLAVES

La verdad sobre lo ocurrido en la aldea de My Lai pudo conocerse gracias a la valentía mostrada por Ron Ridenhour, un piloto de helicóptero que no había participado en la matanza, pero conoció los hechos  en directo y se empeñó tozudamente en sacarlos a la luz.

Y, también contribuyó al conocimiento de los hechos el trabajo profesional del periodista Seymour Hersh – (en la actualidad nuevamente en los titulares prensa por haber revelado la autoría de la voladura del oleoducto ruso a manos de EEUU), publicó la auténtica historia sobre la masacre de My Lai en 1969, acompañando su reportaje de una extensa colección de escalofriantes fotografías-testimonios sobre lo que allí había ocurrido. Su reportaje sacudió e hizo tomar consciencia a una buena parte de la opinión mundial.

Hoy, en el lugar donde se produjo la masacre ha sido erigido el ‘My Lai Memorial», un monumento permanente a la memoria de la brutalidad humana y el valor de la paz. Cada día, turistas provenientes de todos los países del mundo visitan el monumento a la memoria del dolor sufrido por aquellos 504 civiles inocentes, que perdieron la vida en uno de los capítulos más siniestros de la historia de la segunda mitad del siglo XX.

Fuentes:

https://canarias-semanal.org/art/34149/my-lay-uno-de-los-capitulos-mas-siniestros-de-la-historia-de-la-segunda-mitad-del-siglo-xx

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