Iñaki Gil de San Vicente
A finales de enero de 2024 se cumple el centenario del deceso de Lenin. El reformismo siempre intenta suavizar, trocear, amputar y falsear a Marx y a otros muchos comunistas, siendo Gramsci el más descaradamente tergiversado. Han intentado reducir al Che a una simple fotografía ¡y hasta Rosa Luxemburg ha sido insultada como pacifista! Pero no pueden con Lenin, sin duda la persona más odiada por la civilización del capital. Tras el golpe de estado nazi en Ucrania en 2014 y durante el terrorismo contra las repúblicas populares del Donbass, con alrededor de 14.000 asesinados y miles de detenidos, torturados y exiliados, las estatuas de Lenin fueron metódicamente destruidas por las tropas mandadas por la OTAN.
Tal vez eso sea debido a que el objetivo central de la praxis de Lenin fuera la toma del poder en su sentido decisivo: la creación del Estado obrero defendido por el pueblo en armas con la mirada puesta en la revolución mundial y en el avance al comunismo. Y esto resulta imperdonable. La burguesía menos idiota tiene momentos de lucidez y entonces sabe que un «sano reformismo» le ayuda a mantener y hasta reforzar su dominación de clase, pero nunca aceptará que la lucha radical por el comunismo supere la muy reducida tolerancia que ella misma empequeñece día a día.
El odio a Lenin se intensifica en los períodos de crisis sistémicas del capital…
Fuentes:
IÑAKI GIL DE SAN VICENTE. Matanza y capitalismo / La actualidad de Lenin