Churchill se propuso, en 1951, bombardear «30 ó 40 ciudades soviéticas para acabar con el comunismo»

Manuel Medina

Curiosamente ha venido a ser un periódico liberal-conservador británico se ha encargado de desvelar cuál fue realmente la idiosincrasia de un héroe y símbolo la clase dominante y colonial del imperio británico. No es que se desconociera en el Reino Unido que papel histórico le tocó desempeñar a Winston Churchill. Pero hasta ahora los grandes medios de comunicación de ese país habían ocultado la auténtica personalidad de su «mito histórico». Probablemente a partir del artículo del rotativo «The Times» el público británico empezará a conocer dosificadamente quien fue realmente Winston Churchill.

De acuerdo con la información proporcionada el pasado miércoles, 9 de septiembre, por el periódico británico «The Times», el ex primer ministro británico Winston Churchill se planteó seriamente la posibilidad de bombardear nuclearmente la Unión Soviética, en abril de 1951.

Según puso de manifiesto un memorándum descubierto ahora, el jefe militar estadounidense Julius Ochs Adler mantuvo con Churchill una extensa conversación en la que este le manifestó su deseo de llegar un acuerdo con los Estados Unidos para lanzar bombas atómicas sobre «30 ó 40 ciudades de la Unión Soviética» con el objetivo de «cortar la expansión comunista» en el mundo.

En la conversación que el político británico sostuvo con el militar estadounidense, según revelan unas notas de estedescubiertas ahora por el historiador Richard Toye, jefe del Departamento de Historia de la Universidad de Exeter, Churchill expresó que si lograba obtener el apoyo de Washington presentaría a Moscú un ultimátum, y que si la URSS se negaba a cumplir sus condiciones, amenazaría a Stalin con lanzar bombas atómicas sobre el territorio territorio de la Unión Soviética, su antigua y decisiva aliada en contra la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial.

El historiador Richar Toye manifestó al rotativo «The Times» que el memorándum ahora encontrado fue escrito de su puño y letra por el militar Julius Ochs Adler, después de tener un almuerzo con el político británico. Churchill le confesó al militar que se encontraba dispuesto «a sembrar el terror en la URSS hasta lograr su claudicación».

Cuando tuvo lugar la conversación con el ex alto mando militar norteamericano, Churchill ya se había visto obligado a dejar el cargo de premier, pues el Partido Conservador había sido derrotado en las elecciones. En aquel momento, el político británico, que tenía 76 años de edad, se quejaba de que la política británico-estadounidense hacia la Unión Soviética no estaba siendo lo suficientemente agresiva. En el curso de la conversación, Churchill le pidió al militar norteamericano que le diera a conocer el número de bombas atómicas de las que tenía Estados Unidos y, también, que le hiciera un cálculo del número de bombas atómicas que podían tener los soviéticos. El oficial estadounidense le respondió -según consta en sus notas- que no disponía de esa información.

Según contó en su libro «When Lions Roar» el periodista Thomas Mayer, las aspiraciones de Churchill de bombardear nuclearmente la URSS se remontaban algunos años atrás. Ya en 1947, Churchill había pedido al senador estadounidense Stiles Bridge que persuadiera al presidente Harry Truman de que lanzara una bomba nuclear sobre la URSS. Churchill le expresaba entonces al senador, que la desaparición del Kremlin de la faz de la tierra convertiría a la Unión Soviética en un problema absolutamente irrelevante. Pero que si Occidente no acababa con la URSS «ésta podría atacar a Estados Unidos en los siguientes dos o tres años».

OBSESIÓN ANTICOMUNISTA

Sin embargo, el fervor anticomunista de Winston Churchill se remontaba a muchos años atrás. Cuando todavía no se habían terminado de contar los millones de muertos provocados por la Primera Guerra Mundial, quien luego fuera convertido en el héroe referente de las clases poderosas y coloniales británicas abogaba ya por iniciar otra guerra en contra de la naciente Revolución bolchevique en Rusia. De hecho, un contingente militar integrado por una veintena de países incursió en la Rusia soviética, tratando de acabar con el proceso revolucionario.
A quienes conozcan los aspectos más relevantes de la personalidad de Churchill, su vocación por la guerra contra el comunismo no les resultará extraña. Y es que para Winston Churchill, la Rusia soviética era la expresión de todo aquello que él y la clase social a la que pertenecía odiaban y, a la vez, temían.

Churchill, que fue posiblemente uno de los hombres más clarividentes que tuvo la clase dominante británica durante el siglo XX, comprendía perfectamente que la Revolución Rusa era en aquellos momentos -como la historia demostraría- un peligroso ejemplo movilizador para las clases trabajadoras de todo el mundo y, también para la de su propio país. Y es que la Revolución Rusa repensó, en efecto, toda una didáctica lección de cómo las clases sociales desposeídas podían hacerse, en un momento dado, con el poder político y económico. Y eso no había sucedido nunca antes. De ahí su furibunda agresividad.

(*) MANUEL MEDINA ES PROFESOR DE HISTORIA.

Fuentes:

https://canarias-semanal.org/art/28562/churchill-se-propuso-en-1951-bombardear-30-o-40-ciudades-sovieticas-para-acabar-con-el-comunismo

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