Cándido Gálvez
La desindustrialización europea es un fenómeno complejo que ha ido captando la atención de economistas, políticos y sociólogos en el curso de los últimos años. Este proceso, marcado por la disminución del peso de la industria en la producción total del continente, no obedece a causas arbitrarias. Está causado por una concatenación coherente de fenómenos, responden a una dinámica generada por el sistema económico que rige en los países desarrollados de la Europa occidental y los Estados Unidos, y que pueden y deben ser analizadas desde la perspectiva ideológica del materialismo histórico.
Este método analítico, descubierto por Marx y Engels en el siglo XIX, que enfatiza la primacía de las condiciones materiales y económicas en la configuración de las estructuras sociales, ofrece una herramienta potente para entender las causas, el desarrollo y las implicaciones de la desindustrialización europea.
INICIO Y CAUSAS DE LA DESINDUSTRIALIZACIÓN
Condiciones Materiales y Económicas
El materialismo histórico sostiene que los cambios en las fuerzas productivas (tecnología y capacidad industrial) y las relaciones de producción (relaciones entre clases sociales) son fundamentales para entender cualquier transformación socioeconómica que se produzca en nuestro planeta.
En el caso de Europa, la desindustrialización comenzó a ser evidente a partir de finales del siglo XX y se ha estado acelerando de forma exponencial en el siglo XXI.
Globalización y Deslocalización:
– La globalización ha facilitado la transferencia de capitales y de producción a países donde los costos de producción son más bajos. La búsqueda de maximización de beneficios por parte de los capitalistas europeos ha llevado a la deslocalización de industrias hacia regiones con mano de obra más barata y regulaciones menos estrictas. Este movimiento es una manifestación de la contradicción capitalista entre la necesidad de reducir costos y la búsqueda de nuevos mercados.
– Políticas Económicas Neoliberales: Las políticas neoliberales adoptadas en muchas partes de Europa desde los años 80, que incluyen la desregulación, la privatización y la reducción de impuestos corporativos, han favorecido la movilidad del capital.
Estas políticas han contribuido a la desindustrialización, al priorizar el sector financiero sobre el industrial, y al permitir que el capital busque mayores rendimientos en mercados emergentes.
– Sanciones y Conflictos Geopolíticos: Las sanciones económicas a países como Rusia han tenido un impacto directo en la competitividad de la industria europea. La interrupción de suministros energéticos y materias primas baratas ha incrementado los costos de producción, reduciendo la competitividad de las industrias europeas en el mercado global.
– Políticas Medioambientales: Las políticas «verdes» y los esfuerzos por reducir la huella de carbono han impuesto nuevas regulaciones y costos adicionales a las industrias. Aunque estas políticas son esenciales para la sostenibilidad a largo plazo, en el corto plazo han contribuido a aumentar los costos operativos y han acelerado el cierre de fábricas tradicionales.
EL DESARROLLO DEL PROCESO DE DESINDUSTRIALIZACIÓN
Transformaciones en las Relaciones de Producción
El proceso de desindustrialización en Europa no solo implica la pérdida de empleos industriales y la reducción de la producción manufacturera, sino también una reconfiguración de las relaciones de producción.
– El proceso de desindustrialización en Europa no solo implica la pérdida de empleos industriales y la reducción de la producción manufacturera, sino también una reconfiguración de las relaciones de producción.
– Cambio hacia Sectores de Alta Tecnología: A pesar de la desindustrialización, Europa ha visto un auge en sectores de alta tecnología como la inteligencia artificial, la biotecnología y la robótica. Este cambio refleja una transformación en las fuerzas productivas, donde la inversión en tecnología avanzada se convierte en la nueva frontera del capital. En 2022, se crearon 194 empresas de inteligencia artificial en la Unión Europea, superando a países como China, el Reino Unido e India.
– Fuga de Capitales y Reestructuración Económica: La salida de capitales hacia regiones más rentables y la disminución de inversiones industriales en Europa reflejan un ajuste estructural dentro del sistema capitalista. Entre el cuarto trimestre de 2022 y principios de 2023, la fuga de capitales aumentó significativamente, alcanzando los 216.500 millones de euros. Esta reestructuración está marcada por la búsqueda de mayores beneficios en sectores menos intensivos en mano de obra y más orientados hacia la tecnología y los servicios.
– Auge del Complejo Militar-Industrial: Los capitalistas europeos han utilizado la narrativa de la desindustrialización para obtener más subsidios públicos, especialmente en industrias intensivas en energía y el complejo militar-industrial. Esta tendencia refleja una reorientación del capital hacia sectores que pueden ofrecer altos retornos a través de contratos gubernamentales y subsidios.
Desde la perspectiva analítica del materialismo histórico, la desindustrialización de Europa es preciso interpretarla como una respuesta a las contradicciones inherentes al propio sistema capitalista. Las fuerzas productivas avanzan y las relaciones de producción se adaptan, llevando a una transformación estructural de la economía europea.
Aunque la industria tradicional disminuye, nuevos sectores tecnológicos emergen, reflejando un cambio en la base económica. Este proceso, influenciado por la globalización, las políticas neoliberales, las sanciones geopolíticas y las políticas medioambientales, no solo redefine la estructura económica de Europa, sino que también reconfigura las relaciones de poder entre las clases sociales y entre las naciones.
Fuentes:
https://canarias-semanal.org/art/36512/capitalismo-y-desindutrializacion-cuando-y-por-que-comenzo-hacia-donde-nos-lleva