Ana Belén Montes: la alta funcionaria de EE.UU. encarcelada por espiar para la revolución cubana

Juan Andrés Pérez Rodríguez

Ana Belén Montes era una prestigiosa analista – del más alto rango – dentro de la Agencia de Inteligencia de Defensa en el Pentágono cuando, hace ahora 14 años, fue detenida por «conspiración para cometer espionaje» en beneficio del Gobierno cubano. Diez días después del ataque a las Torres gemelas de Nueva York, el 21 de septiembre de 2001, fue citada para una reunión de trabajo en la oficina del Inspector General de la Agencia de Inteligencia del Pentágono, la DIA, con un pretexto fútil. Allí la esperaban los dos principales investigadores del medio centenar de agentes del FBI que la habían estado investigando.

Tras haber cumplido más de 14 años de confinamiento en el más inhumano de los encierros, Montes, la alta funcionaria de Estados Unidos que espió para la Revolución Cubana (*) ha roto todos los muros carcelarios y le habla por vez primera al mundo con el que le impiden el más mínimo contacto.

“Si me arrepiento me niego a mí misma y me sentiría insatisfecha. No está en el marco de mi lógica. Siempre supe las consecuencias posibles de lo que hacía. Era un riesgo que tenía que correr. El estar recluida en prisión es algo que he ido aprendiendo gradualmente a soportar, pero en mi fuero interno estoy tranquila. Hice lo que tenía que hacer. ¿Arrepentimiento? En estos años nunca me he arrepentido”.

Con esa determinación responde la ex analista del más alto rango de la Agencia de Inteligencia de Defensa del Pentágono a una las preguntas del cuestionario elaborado por el colaborador de la web La Mala Palabra, Conte Nieve, en dos entrevistas de las que se tuvo noticias la semana pasada.

En sus palabras Ana Belén Montes manifiesta las mismas convicciones que proclamó en su alegato de Octubre de 2002 ante el tribunal federal de Washington DC que la condenó – en un juicio sumario- a 25 años de prisión sin libertad condicional, por “conspiración para cometer espionaje” en beneficio del gobierno cubano.

“Señor juez, yo me involucré en la actividad que me ha traído ante usted porque obedecí mi conciencia más que obedecer la ley. Yo considero que la política de nuestro gobierno hacia Cuba es cruel e injusta, profundamente inamistosa, me consideré moralmente obligada a ayudar a la isla a defenderse de nuestros esfuerzos de imponer en ella nuestros valores y nuestro sistema político”- dijo al tribunal que la juzgaba.

Sin embargo, estas ideas no significarían lo que significan si no tuviéramos en cuenta varios elementos esenciales que nos hablan de su coherencia personal y, por lo tanto, política.

En primer lugar, y por encima de cualquier otro elemento, las durísimas condiciones de reclusión, arbitrariamente impuestas por sus carceleros, en las que subsiste estoicamente Ana Belén Montes.

Para hacernos una idea del calvario que vive esta valiente mujer, basta referirse a la institución donde cumple condena. Esta se encuentra en las instalaciones del Federal Medical Center (FMC) Carswell, reconocido como la cárcel de mujeres de más alta seguridad de todo Estados Unidos. Ni a los peores criminales se les somete al estricto aislamiento y a la “presión” que ella soporta en ese lugar.

De esta forma describe Montes la hostilidad que tiene que vencer por su dignidad todos los días:

“Vivo en condiciones de extrema presión psicológica. Me tienen, salvando la distancia, como si fuera una monja en un convento de clausura. No tengo el más mínimo contacto con el mundo, salvo el que idealmente me imagino. Resistiré hasta el final aunque sea difícil”.

El segundo elemento, no menos importante es el inmenso sacrificio personal que ha asumido, soporta y tendrá que soportar en adelante. En efecto, por sus ideales, Ana Belén Montes lo ha sacrificado todo.

“No tengo hijos ni esposo. Creo que ese fue el precio que a partir de un momento me di cuenta que tenía que asumir. Me interesó tener un compañero y formar una familia; pero no fue posible porque en la marcha todo se tornó complejo. Mi refugio personal es saber que hice algo útil y que no solo defendí a Cuba; también defendía al pueblo norteamericano. Hoy me concentro en resistir ante los intentos de quebrar mi voluntad”.

Y finalmente, el tercero de los factores, igualmente importante: El contenido y la altura moral de los actos que realizó Ana Belén Montes, dándolo todo por una causa justa.

Desde su puesto como analista superior de inteligencia sobre Cuba en el Pentágono, Ana Belén Montes sirvió al pueblo cubano durante 17 años. Sin embargo, los secretos que reveló a los servicios de inteligencia cubanos solo permitieron a Cuba defenderse de los planes norteamericanos. Ninguna de sus confidencias tenía implicaciones para la seguridad nacional de los Estados Unidos. Ni entonces ni después.

Para el historiador y activista norteamericano Howard Zinn, actos como los protagonizados por Ana Belén Montes no son más que “la violación deliberada, discriminada, de la ley por un propósito social vital”.

Es por ello que no pueden considerarse una traición. Porque, como apuntara el propio Zinn “se convierten no solo en justificables, sino en necesarios, cuando está en juego un derecho humano fundamental y cuando los canales legales son inadecuados para garantizar ese derecho”.

El deber internacionalista que asumió con todas las consecuencias Ana Belén Montes solo tenía el propósito de “contrarrestar una gran injusticia” que se cometía contra el pueblo de Cuba.

Hoy, cuando han pasado 31 años desde que, en 1984, decidiera trabajar para la revolución cubana desde el seno de los servicios de inteligencia estadounidenses, poniendo en riesgo su vida, y cuando Estados Unidos y Cuba restablecen relaciones diplomáticas, Montes expresa sentimientos encontrados y prevenciones justificadas.

Por una parte, se muestra “contenta” del paso que se ha dado en el camino de “normalizar” las relaciones entre los dos países. Pero, como buena conocedora de “los entramados” de la política norteamericana, de su “hipocresía” y su “cinismo”, se encuentra también preocupada por el futuro de la Revolución.

En ese sentido dejó este mensaje para los cubanos: “A los cubanos, reiterarle que no dejen perder el sueño de la utopía revolucionaria que convirtieron en realidad. Que se cuiden del gobierno norteamericano y sepan leer dónde están las buenas y las malas intenciones”.

Para ella, en este momento lo “importante es que la Isla esté alerta y muy atenta al desarrollo de los acontecimientos” por una cuestión inobjetable:

“[…] Estados Unidos abre los brazos para abrazar a la Isla y, conociendo el pensamiento político norteamericano, este es “el abrazo de la muerte”. Ahora lo importante es que ustedes no se dejen envolver por el “cisne negro” que es el gobierno de Estados Unidos y hagan lo que han venido haciendo siempre ante las acciones del gobierno norteamericano: revertir el sentido de lo que este quiere. Así siempre le han ganado. Es increíble que dos países pequeños como la Isla y Viet Nam hayan vencido a Estados Unidos”.

Con los hechos en la mano, no es difícil comprender desde la lógica del Imperio, que se trate de silenciar la ejemplaridad de un verdadero acto de amor prolongado en el tiempo como el de Ana Belén Montes. O que para los medios de la burguesía en todo el mundo su caso no exista.

Lo que cuesta entender, en cambio, es el silencio del gobierno cubano y de los medios llamados alternativos de más renombre. ¿Hay razones de Estado que expliquen dicho silencio? [1].

La historia de Ana Belén Montes es una de esas que Michel Parenti reconocía como las que tratan de los esfuerzos de los pueblos para “defenderse de los abusos de los ricos y de la tiranía”. Es una historia del pueblo y por eso no está en los grandes medios masivos ni es de interés “prioritario” de las instituciones cómplices del orden establecido como Amnistía Internacional.

¿Por qué, entonces, no se encuentra en los medios alternativos ni en la agenda de las organizaciones de la “izquierda”?

VÍDEOS RELACIONADOS:

[1] Néstor García Iturbe, profesor del Instituto de Relaciones Internacionales de Cuba, reclama la liberación de Ana Belén Montes.

Canción dedicada a Ana Belén Montes por David Rovics

Fuentes:

https://canarias-semanal.org/art/28637/ana-belen-montes-la-alta-funcionaria-de-eeuu-encarcelada-por-espiar-para-la-revolucion-cubana-videos

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