Oriol Sabata
En los últimos tiempos, una pseudofilosofía barata se ha extendido por las sociedades occidentales: el coaching, las historias de superación personal y las promesas facilonas de éxito y riqueza.
Proliferan por todas partes influencers, vendedores de humo y gurús con un misticismo de mercadillo que monetizan cursos, libros de autoayuda, podcasts y directos. Sus contenidos, además de ser un insulto a la inteligencia, promocionan un individualismo exacerbado y un pensamiento reaccionario y ultraliberal. Una diarrea intelectual que ha terminado convirtiéndose en una herramienta del capitalismo para perpetuar su hegemonía, especialmente entre los más jóvenes.
El coaching es puro egoísmo camuflado de ‘empoderamiento’. De manera machacona y reiterada lo reduce todo a la voluntad individual, abandonando cualquier esfuerzo en favor de la solidaridad y el progreso colectivo. Y además, lo hace de la manera más dañina, sustituyendo el pensamiento racional por las emociones. Un mecanismo mental que transforma a los explotados del sistema en culpables de su propio fracaso, exonerando al capitalismo de la pobreza y la explotación.
Los impulsores de esta tomadura de pelo se han convertido en los nuevos predicadores de nuestro tiempo. En un giro semántico, el concepto de Dios ha sido sustituido por el de Universo. Todo responde a una estafa diseñada para enriquecer a que aquellos que se encuentran en la cima de la pirámide: coaches e influencers que se lucran con la desesperación ajena.
Esta pseudofilosofía lleva el individualismo capitalista al extremo. Mientras el socialismo apostó por los derechos colectivos, la ciencia, la razón y el progreso como motores de la sociedad, este pensamiento liberal aboga por triunfar a costa de los demás, no hay ningún planteamiento de lucha por transformar las estructuras de poder, de manera que se perpetua el orden establecido.
Precisamente porque se priorizan las emociones sobre la razón, este discurso reaccionario desactiva cualquier posibilidad de pensamiento crítico y análisis, y por lo tanto de cambios estructurales. Estamos frente a una especie de retorno al pensamiento mágico medieval donde el destino del individuo se asocia a fuerzas misteriosas. En definitiva, se adormece a las masas trabajadoras con promesas e ilusiones de grandeza personal mientras la élite capitalista las explota y se enriquece.
Esta mentalidad es muy peligrosa. Desmoviliza a las personas y las atomiza, convirtiéndolas en presas fáciles de un mercado que las exprime mientras les vende un futuro exitoso y ‘de abundancia’.
El coaching es una estafa ultraliberal, una trampa capitalista que enriquece a unos pocos a costa de muchos. Ante este pensamiento oscurantista urge recuperar el sentido de lo colectivo, el rigor científico e intelectual, y la lucha por la transformación de la sociedad.
Fuentes:
La estafa del ‘coaching’: ultraliberalismo camuflado de empoderamiento