¡Un salario justo por una jornada justa! Mucho podría decirse también de la jornada justa, cuya justicia es igual punto por punto a la justicia del salario. Pero habremos de dejarlo para otra ocasión. De lo dicho queda completamente claro que la vieja consigna ha cumplido su misión y que es difícil que se mantenga en nuestros días. La justicia de la Economía política, en la medida en que esta última formula acertadamente las leyes que dirigen la sociedad moderna, se halla toda a un lado: al lado del capital. Así, pues, enterremos para siempre la vieja consigna y sustituyámosla por otra: LOS MEDIOS DE TRABAJO —MATERIAS PRIMAS, FÁBRICAS Y MÁQUINAS— DEBEN PERTENECER A LOS OBREROS MISMOS.
Friedrich Engels