El éxito de Hitler no se explica en absoluto por su papel reaccionario en la historia del capitalismo; si él hubiera admitido esto abiertamente en su propaganda, habría obtenido el resultado opuesto. El estudio de la eficacia psicológica de Hitler sobre las masas tenía que partir de la idea de que un “führer”, o representante de una idea, no podía tener éxito (no un éxito histórico, sino esencialmente pasajero) más que si sus conceptos personales, su ideología o su programa se encontraban en armonía con la estructura y la realidad social media de una amplia capa de individuos integrados en la masa. Se plantea, además, un segundo problema: ¿en qué situación histórica y social se originan estas estructuras? De este modo, un problema de psicología de masas abandona el terreno metafísico del “concepto del jefe (Führeridee)” y se sitúa en la realidad de la vida social. Un “führer” no puede hacer la historia más que si las estructuras de su personalidad coinciden con las estructuras de amplias capas de la población vistas desde la perspectiva de la psicología de masas.
Wilhelm Reich