La excesiva confianza nuestra en el valor positivo que tienen esos términos puede colocarnos en desventaja frente a ese uso diabólico del lenguaje. Por la muy simple razón de que nuestros enemigos han demostrado su capacidad de insunuar, de introducir paso a paso un vocablo que se presta como ninguno al engaño, y si por nuestra parte no damos al habla su sentido más auténtico y verdadero, puede llegar el momento en que ya no se vea con la suficiente claridad la diferencia esencial entre nuestros valores políticos y sociales y los de aquellos que presentan sus doctrinas vestidas con prendas parecidas, puede llegar el día en que el uso reiterado de las mismas palabras por unos y otros no deje ver ya la diferencia esencial de sentido que hay en términos como individuo, como justicia social, como derechos humanos, según sean dichos por nosotros o por cualquier demagogo del imperialismo o del fascismo.
Julio Cortázar