La dictadura del proletariado no es un simple cambio de personas en el gobierno, un cambio de "gabinete", etc., que deja intacto el viejo orden económico y político. Los mencheviques y oportunistas de todos los países, que le temen a la dictadura como al fuego y, llevados por el miedo, suplantan el concepto dictadura por el concepto "conquista del Poder", suelen reducir la "conquista del Poder" a un cambio de "gabinete", a la subida al Poder de un nuevo ministerio, formado por individuos como Scheidemann y Nosde, MacDonald y Henderson. No creo que sea necesario explicar que estos cambios de gabinete y otros semejantes no tienen nada que ver con la dictadura del proletariado, con la conquista del verdadero Poder por el verdadero proletariado. Los MacDonald y los Scheidemann en el Poder, dejando intacto el antiguo orden de cosas burgués, sus gobiernos -llamémoslos así- no pueden ser más que un aparato al servicio de la burguesía, un velo sobre las lacras del imperialismo, un instrumento de la burguesía contra el movimiento revolucionario de las masas oprimidas y explotadas. Esos gobiernos los necesita el capital como pantalla, cuando para él es inconveniente, desventajoso, difícil, oprimir y explotar a las masas sin una pantalla. Naturalmente, la aparición de esos gobiernos es síntoma de que "entre ellos" (es decir, entre los capitalistas), "en Chipka", no reina la tranquilidad, pero, no obstante, los gobiernos de este tipo son, inevitablemente, gobiernos del capital enmascarados. De un gobierno MacDonald o Scheidemann a la conquista del Poder por el proletariado hay tanto trecho como de la tierra al cielo.
Stalin