La justa linea del partido marxista-leninista no puede llevarse a las masas únicamente a través de su prensa, que por lo general es bastante limitada. Esta línea es llevada a las masas por los propios comunistas, por los simpatizantes, por los miembros de las organizaciones de masas precisamente en el curso de la actividad y las acciones de la clase obrera y de las otras masas trabajadoras, cuando éstas se encuentran en movimiento, en lucha y se enfrentan por sus derechos económicos, y, con mayor motivo, por sus derechos políticos. Una acción así, revolucionaria y activa, asegura dos importantes objetivos: por un lado, el temple del propio partido en sus acciones junto a las masas y el aumento de su autoridad e influencia, y por otro lado la posibilidad que el partido tiene ver en acción a los elementos más avanzados política e ideológicamente de la clase obrera, los que en el futuro serán sus mejores y más resueltos militantes. Es aquí donde los partidos marxistas-leninistas adquieren la nueva savia para sus filas, y no entre los elementos intelectuales descontentos o entre algunos profesionales que se han quedado sin trabajo y que exigen justicia, que se sienten indignados, pero que no son constantes ni aceptan la disciplina férrea de un partido proletario marxista-leninista.
Enver Hoxha