El carácter de un gobierno burgués no está determinado por el carácter personal de sus miembros, sino por su función orgánica en la sociedad burguesa. El gobierno del Estado moderno es esencialmente una organización de la dominación de clase cuya función reguladora es una de las condiciones de existencia del Estado de clase. Con la entrada de un socialista en el gobierno, el dominio de la clase sigue existiendo, el gobierno burgués no se convertirá en un gobierno socialista, sino el socialista se convertirá en un ministro burgués. Las reformas sociales a un ministro amigo de los trabajadores puede realizar no tienen en sí mismas nada de socialistas, serán socialistas en la medida en que se obtienen mediante la lucha de clases. Pero viniendo de un ministro del gabinete, las reformas sociales no pueden tener el carácter de clase del proletariado, sino sólo el carácter de la clase burguesa, pues el ministro, por el cargo que ocupó, las relacionara con la responsabilidad de todas las demás funciones el gobierno burgués, como el militarismo, etc. Mientras que en el Parlamento, o en el Consejo municipal [ayuntamiento], podemos obtener reformas útiles combatiendo al gobierno burgués, si llegamos a las mismas reformas ocupando puestos ministeriales, solo será apoyando al Estado burgués. Por tanto la entrada de los socialistas en un gobierno burgués no es, como se cree comúnmente, una conquista parcial del Estado burgués por los socialistas, sino una victoria parcial del Partido Socialista por el Estado burgués.
Rosa Luxemburgo