En los países capitalistas está ahora en boga que todo tipo de gente hable de la «revolución» y de acciones supuestamente revolucionarias. Los llamados «izquierdistas» exigen a voz en grito «medidas revolucionarias», pero enseguida fijan los límites. «Explican» que no en todas partes y en todos los terrenos se deben emprender medidas revolucionarias, sino que con algunas «transformaciones es suficiente». Se trata, pues, de crear ilusiones con el fin de engañar a las masas que exigen radicales transformaciones revolucionarias. Al igual que la burguesía, los «izquierdistas» consideran al ejército como una «fortaleza intocable» y ni siquiera plantean la tarea de desintegrarlo, desmoralizarlo y destruirlo. En tanto que los partidos marxistas-leninistas, sin descuidar los otros aspectos de la lucha, consideran la lucha por la unidad de la clase obrera y la desintegración del ejército burgués, como dos aspectos de una importancia determinante para el triunfo de la revolución.
Enver Hoxha