No ha muerto Stalin. No has muerto. Que cada lágrima cante tu recuerdo. Que cada gemido cante tu recuerdo. Tu pueblo tiene tu forma, su voz tu viril acento. No has muerto. Hablan por ti sus talleres, el hombre y la mujer nuevos. No has muerto. Sus piedras llevan tu nombre, sus construcciones tu sueño. No has muerto. No hay mares donde no habites, ríos donde no estés dentro. No has muerto. Campos en donde tus manos abiertas no se hayan puesto. No has muerto. Cielos por donde no cruce como un sol tu pensamiento. No has muerto. No hay ciudad que no recuerde tu nombre cuando era fuego. No has muerto. Laureles de Stalingrado siempre dirán que no has muerto. No has muerto. Los niños en sus canciones te cantarán que no has muerto. Los niños pobres del mundo, que no has muerto. Y en las cárceles de España y en sus más perdidos pueblos dirán que no has muerto. Y los esclavos hundidos, los amarillos, los negros, los más olvidados tristes, los más rotos sin consuelo, dirán que no has muerto. La Tierra toda girando, que no has muerto. Lenin, junto a ti dormido, también dirá que no has muerto.
Rafael Alberti