En nuestro país, educar significa revolucionar, es decir, liberar el pensamiento del niño del pensamiento predeterminadas por el pasado de sus abuelos y padres, de sus delirios, que se basan en la experiencia secular de la vida conservadora, construida sobre la lucha de clases y en el deseo de autodefensa de los individuos, de la afirmación del individualismo y el nacionalismo como formas y leyes "eternas" de ser social".
Máximo Gorki