Fue en el año 1939, cuando se daba la guerra por perdida, pese a que deberíamos haber seguido combatiendo hasta que empezara la II Guerra Mundial y España se convirtiera en una plaza estratégica de los aliados. Pero hubo un capitulador, el general Casado, que mandaba en el ejército del centro y fue a Burgos a negociar con los franquistas.
Marcos Ana