La Transición la dirigieron elementos provenientes del régimen, de la dictadura, y la conformaron a su medida. Esa es la verdad. Empezando por una ley de amnistía que sin pedir perdón a nadie asumía que todos los perdonábamos. Fue una ley sumamente escandalosa, sobre todo viéndola hoy, desde la distancia. Suponía la liberación de los que estábamos en la cárcel, en la clandestinidad, en el exilio, pero visto con cierta distancia es una auténtica aberración que fueran los criminales los que nos perdonaron la vida; los que nos permiten volver a la legalidad cuando ellos son los que tenían que haber ido directos a los tribunales.
Gerardo Iglesias