Ayer estuve en el East-End londinense (Barrio de trabajadores) y asistí a una asamblea de parados. Al oír allí discursos exaltados, cuya nota dominante era Pan…Pan… y al reflexionar, de vuelta a casa, sobre lo que había oído, me convencí, más que nunca, de la importancia del imperialismo (…) La idea que yo acaricio es la solución al problema social: para salvar a los 40 millones de habitantes del Reino Unido de una mortífera guerra civil, nosotros, los políticos coloniales, deberíamos posesionarnos de nuevos territorios; a ellos enviaremos el exceso de población y en ellos encontraremos nuevos mercados para los productos de nuestras fábricas y de nuestras minas. El imperio, lo he dicho siempre, es una cuestión de estómago. Si queréis evitar la guerra civil, debéis convertiros en imperialistas.
Cecil Rhodes