Todo el mundo teme a la policía, salvo aquellos contra quienes se supone que ha sido creada. Porque, en realidad, no está ahí para combatir el crimen, sino para intimidar a las masas, para oprimirlas, para imponer con las armas la moral iletrada más conservadora y más baja. Ejército personal que la clase dirigente levanta contra los ciudadanos, la policía es ante todo política. La protección de las personas y de los bienes es una coartada verbosa, siempre antepuesta para justificar que se aumenten -y hasta un nivel agobiante- el número, los medios técnicos, el poder y los favores ilícitos de esas tropas bestiales, que sólo aseguran eficazmente la defensa del Estado y su dominio absoluto sobre nosotros.
Tony Duvert