Una sola fábrica, potencialmente capaz de abastecer a todo un continente con su producto en particular, no puede darse el lujo de esperar hasta que el público pide su producto, sino que debe mantener contacto permanente, a través de la publicidad y la propaganda, con el gran público con el fin de cerciorarse de la continua demanda que sola hará su costosa planta rentable.
Edward Bernays