Quién, cómo y por qué ganó la II guerra mundial

Máximo Relti

La Segunda Guerra Mundial estalló en Europa con el Ejército alemán arrollando Polonia en septiembre de 1939. No pasó mucho tiempo antes de que la máquina de guerra nazi conquistara los Países Bajos y Francia, dejando a Gran Bretaña en una posición de solitaria resistencia sin constituir una amenaza seria para el III Reich.

      Hitler, con su mirada fija en el Este, se preparaba para su verdadero objetivo: la destrucción de la Unión Soviética, la cuna del comunismo que tanto despreciaba.

Hitler era, sin embargo, consciente de que el tiempo jugaba en su contra. Alemania, aunque poderosa, carecía de los recursos naturales esenciales para una guerra prolongada. La amarga experiencia de la Primera Guerra Mundial había demostrado que sin un flujo constante de petróleo y otros materiales estratégicos, el Reich no podía sostener un conflicto largo. Así, la blitzkrieg, esa deslumbrante táctica de guerra relámpago, se convirtió en su estrategia para lograr victorias rápidas y decisivas.

En 1941, el momento había llegado. Con tres millones de soldados alemanes y casi 700,000 aliados cruzando la frontera soviética el 22 de junio, Hitler esperaba una repetición de las victorias relámpago en Polonia y Francia. Sin embargo, lo que encontró en el vasto territorio soviético fue una resistencia feroz que pronto pondría a prueba sus ambiciones.

LA RESISTENCIA SOVIÉTICA Y EL DESGASTE ALEMÁN

La narrativa occidental de manera deliberadamente sistemática trata de simplificar el fracaso alemán en la Unión Soviética, atribuyéndolo a la intervención del «General Invierno». La historia nos cuenta que un invierno temprano y severo atrapó a las tropas alemanas, que carecían de la preparación adecuada para condiciones extremas, robándoles una victoria casi asegurada. Pero la realidad fue mucho más compleja que eso.

Desde el comienzo de la Operación Barbarroja, las fuerzas soviéticas demostraron ser mucho más tenaces y mejor equipadas de lo que los alemanes habían anticipado. Los tanques T-34 y los lanzacohetes Katyusha sorprendieron a la Wehrmacht, que había subestimado tanto la cantidad como la calidad del armamento soviético. Las esperanzas de Hitler de una rápida victoria se desvanecían a medida que los soldados alemanes se enfrentaban a una resistencia implacable.

A mediados de julio, apenas un mes después del inicio de la invasión, algunos altos mandos alemanes empezaron a expresar su preocupación. Las bajas eran enormes, superando ya las sufridas en toda la campaña de Francia en 1940. Para agosto, el avance alemán se había ralentizado significativamente, y la posibilidad de una rápida victoria se desvanecía. Los suministros de combustible, repuestos y otros recursos críticos empezaban a escasear, afectando la moral y la capacidad operativa de las tropas.

EL MITO DEL GENERAL INVIERNO

La resistencia soviética no se limitó a los combates frontales. La guerra de guerrillas partisana, organizada desde los vastos pantanos y bosques del país, interrumpió continuamente las líneas de suministro alemanas. Estas tácticas guerrilleras, preparadas con antelación, infligieron un daño considerable a los invasores, ralentizando aún más su avance.

Hitler y sus generales comenzaron a darse cuenta de que habían subestimado gravemente a su enemigo. La idea de que la Unión Soviética era un «gigante con pies de barro» resultó ser una peligrosa ilusión. La realidad era que el Ejército Rojo, aunque sufrió grandes pérdidas, pudo retirarse ordenadamente y eludir los intentos de cerco total por parte de la Wehrmacht.

Para septiembre, era evidente que no habría una victoria rápida. Las fuerzas alemanas, agotadas y mal equipadas para el invierno que se avecinaba, enfrentaban una situación cada vez más desesperada. A finales de noviembre, el «General Invierno» comenzó a hacer su aparición, pero no fue él quien detuvo a los nazis. Fue la contraofensiva soviética, lanzada el 5 de diciembre bajo el mando del general Zhukov, la que realmente rompió el avance alemán y forzó a la Wehrmacht a retroceder.

Las bajas alemanas en esta fase fueron inmensas. Para el 31 de enero de 1942, la Wehrmacht había perdido casi un tercio de sus fuerzas iniciales, y el sueño de una victoria rápida y decisiva se había esfumado por completo. La blitzkrieg había fracasado, y Alemania se enfrentaba ahora a una guerra prolongada en múltiples frentes, algo para lo que no estaba preparada.

EL VERDADERO MOTIVO DEL FRACASO ALEMÁN

El mito del General Invierno sirvió para desviar la atención de la verdadera razón del fracaso alemán: la subestimación de la capacidad y la determinación soviética. En Occidente, durante la Guerra Fría, este mito fue útil para minimizar el papel crucial de la Unión Soviética en la derrota de la Alemania nazi. Sin embargo, los hechos hablan por sí mismos. La resistencia y los sacrificios del pueblo soviético, tanto militares como civiles, fueron los que realmente detuvieron a la maquinaria de guerra nazi.

La historiografía occidental ha tendido a glorificar las victorias iniciales de la Wehrmacht y a minimizar sus pérdidas, mientras que las bajas soviéticas se han exagerado y su éxito se ha subestimado. Pero es innegable que la Unión Soviética, bajo un liderazgo político y militar capaz, logró no solo resistir, sino eventualmente derrotar a uno de los ejércitos más poderosos del mundo.

El papel del liderazgo soviético, denigrado en Occidente, fue fundamental para el éxito en la defensa de su patria. Stalin y sus generales, como Zhukov, implementaron estrategias que permitieron a la Unión Soviética no solo resistir, sino también pasar a la ofensiva. La decisión de trasladar la industria vital al este de los Urales, fuera del alcance del avance alemán, aseguró que la producción de armamentos y suministros cruciales continuara sin interrupciones significativas.

Además, el pacto de no agresión entre Alemania y la Unión Soviética, firmado en 1939, proporcionó a los soviéticos un tiempo valioso para prepararse. Este acuerdo permitió a la Unión Soviética fortalecer sus defensas y trasladar recursos estratégicos antes del inevitable enfrentamiento con Alemania. Sin esta preparación, la resistencia soviética podría haber sido mucho menos efectiva.

El impacto de la propaganda y la moral también jugó un papel crucial. La propaganda soviética movilizó a la población civil, fomentando un espíritu de resistencia y sacrificio. Millones de ciudadanos participaron en la defensa, desde la construcción de fortificaciones hasta la producción en fábricas de guerra. Este esfuerzo colectivo no solo fortaleció las líneas de frente, sino que también mantuvo alta la moral en tiempos de desesperación.

La batalla por Moscú, a menudo pasada por alto en las narrativas occidentales, fue un punto de inflexión crítico. A medida que las fuerzas alemanas se acercaban a la capital soviética, Stalin y sus generales organizaron una defensa feroz. La transferencia de tropas desde el Lejano Oriente, gracias a la información proporcionada por el espía Richard Sorge sobre la no inminencia de un ataque japonés, reforzó las defensas moscovitas. El contraataque lanzado en diciembre de 1941, justo antes de que el invierno alcanzara su máxima severidad, sorprendió a los alemanes y marcó el comienzo de su retirada.

El mito del «General Invierno» persiste, en parte, porque proporciona una narrativa simplificada y conveniente para explicar el fracaso alemán. Sin embargo, es esencial reconocer que la derrota de la Wehrmacht en 1941-1942 fue el resultado de una combinación de factores: la tenacidad y la preparación del Ejército Rojo, el apoyo masivo de la población civil, y las estrategias efectivas implementadas por el liderazgo soviético.

La Segunda Guerra Mundial en el frente oriental no fue una serie de eventos predestinados por el clima, sino una lucha brutal y compleja en la que el sacrificio humano y la capacidad de adaptación jugaron roles decisivos. La historia completa de estos eventos ofrece lecciones sobre la resistencia y la determinación frente a una amenaza aparentemente invencible.

El  fracaso de la «Operación Barbarroja» no se debió, pues, a una malvada intervención diabólica que con malas artes provocó la aparición de un crudo  invierno ruso, tal como pretendió colar la prensa franquista y nacionalcatolica española de entonces,   sino a la feroz resistencia y los sacrificios del Ejército Rojo y del pueblo soviético. Fue una lucha duramente brutal y costosa, pero también capaz de cambiar definitivamente el curso de la Segunda Guerra Mundial, sellando el destino del Tercer Reich.

De manera que la próxima vez que escuchemos hablar del «General Invierno», como presunto artífice de la derrota alemana, debemos recordar que la verdadera historia fue mucho más rica y compleja, llena de valentía, sufrimiento y, finalmente, de un arrollador triunfo humano.

– ESQUEMA CRONOLÓGICO DE LA DERROTA ALEMANA

El esquema cronológico que adjuntamos, el lector podrá disponer de una visión de conjunto y constatar los principales tempos de los avances y retrocesos del ejército alemán durante la Operación Barbarroja, mostrando cómo las condiciones en el frente oriental evolucionaron rápidamente de un avance inicial a un desgaste y eventual retirada, bajo la presión de la resistencia soviética y las duras condiciones invernales.

Avances y Retrocesos del Ejército Alemán en la «Operación Barbarroja» (1941)

-Junio 1941

22 de junio: Comienzo de la Operación Barbarroja. Tres millones de soldados alemanes y 700,000 aliados cruzan la frontera soviética.
Finales de junio: Rápidos avances iniciales, con grandes penetraciones en las defensas soviéticas.    Captura de miles de soldados soviéticos y enormes ganancias territoriales.

-Julio 1941

Principios de julio: Continuación del avance alemán, pero la resistencia soviética se intensifica. Las fuerzas alemanas se enfrentan a la dura resistencia del Ejército Rojo y a contraataques.
A mediados de julio: La velocidad de avance comienza a disminuir. Se registran significativas bajas alemanas.

-Agosto 1941

Principios de agosto: La resistencia soviética causa un notable desgaste en las tropas alemanas. La escasez de suministros comienza a afectar la operación.
Finales de agosto: Las bajas alemanas se incrementan, y el ritmo de avance se ralentiza considerablemente. La ofensiva comienza a perder impulso.

-Septiembre 1941

  Principios de septiembre: Captura de Kiev por las fuerzas alemanas, pero a un alto costo. La moral y las reservas materiales alemanas se deterioran.
Finales de septiembre: Las líneas de suministro alemanas son severamente interrumpidas por la actividad partidista soviética. Se agrava la escasez de combustible y repuestos.

-Octubre 1941

Principios de octubre: Inicio de la Operación Tifón, la ofensiva alemana para capturar Moscú. Las fuerzas alemanas logran algunos avances, pero con grandes dificultades.
  Finales de octubre: Las tropas alemanas se acercan a Moscú, pero enfrentan una creciente resistencia soviética y condiciones climáticas adversas. La superioridad aérea alemana comienza a disminuir.

-Noviembre 1941

Principios de noviembre: Las fuerzas alemanas están a unos 30 kilómetros de Moscú. Las temperaturas empiezan a bajar, pero el suelo congelado permite un avance más fácil.
Finales de noviembre: El avance hacia Moscú se detiene. Las tropas alemanas están exhaustas, mal equipadas para el invierno y enfrentan una escasez crítica de suministros. Comienza la retirada no oficial de algunas unidades.

-Diciembre 1941

Principios de diciembre: El 3 de diciembre, varias unidades alemanas abandonan la ofensiva por iniciativa propia. El 5 de diciembre, el Ejército Rojo lanza una gran contraofensiva.
Finales de diciembre: La Wehrmacht es forzada a una retirada significativa, retrocediendo entre 100 y 280 kilómetros. Se establece una línea defensiva para evitar un colapso total.

-Enero 1942

Principios de enero: La contraofensiva soviética pierde ímpetu. Hitler decide seguir luchando, rechazando las sugerencias de buscar una salida diplomática a la guerra.
   Finales de enero: La Wehrmacht ha sufrido casi un millón de bajas desde el comienzo de la operación. La ofensiva alemana ha fracasado y el frente oriental se estabiliza en posiciones defensivas.

-Resumen

Junio 1941: Avances rápidos y espectaculares.
Julio 1941: Resistencia soviética se intensifica, avances se ralentizan.
Agosto 1941: Escasez de suministros y altas bajas, ritmo de avance disminuye.
Septiembre 1941: Captura de Kiev, interrupciones en líneas de suministro.
Octubre 1941: Inicio de la ofensiva hacia Moscú, avances con dificultades.
Noviembre 1941: Avance hacia Moscú se detiene, inicio de la retirada.
  Diciembre 1941: Contraofensiva soviética, retirada alemana significativa.
Enero 1942: Estabilización del frente, fracaso de la ofensiva alemana.

Fuentes:

https://canarias-semanal.org/art/36289/quien-como-y-por-que-gano-la-ii-guerra-mundial

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