Tita Barahona
La propaganda ultraliberal e imperialista se viste de “feminismo radical”
El trampantojo (o trampa del ojo) es un recurso pictórico que, jugando con la perspectiva, consigue dar la impresión de profundidades o relieves en una superficie plana, es decir, allí donde no los hay. Pero el trampantojo también se aplica a las ideas e instituciones, para hacerlas aparecer como lo contrario de lo que son en realidad. En el primer caso hay una finalidad estética, en el segundo una ideológica, que lo convierte en una poderosa herramienta de control social.
La clase capitalista mundial ha instalado una gran fábrica de trampantojos ideológicos a través de esa tupida malla de fundaciones, think tanks, ONG’s, institutos, etc., que ha tejido a nivel global, y de cuya distribución se encargan sus empresas mediáticas. La producción es muy variada. Hay trampantojos de marca “anti-capitalista”, “socialista”, “feminista”, “ecologista” o “pro-derechos humanos”, que encuentran un gran mercado en esa izquierda progre, social-liberal, de corte posmoderno, que hoy aspira a gobernar. Dos de estos trampantojos han vuelto a ser noticia recientemente en España: las Pussy Riot (grupo de “música punk feminista” de origen ruso) y las FEMEN (otro pretendido grupo feminista conocido por protestar a pechos descubiertos).
Así vimos en las pasadas semanas la noticia de que las Pussy Riot venían a Sevilla, con su show Riot days, para solidarizarse con las mujeres que participaron en la procesión del “Coño Insumiso”, que en esos días estaban aún pendientes de juicio (y hoy felizmente absueltas).
En la entrevista que eldiario.es hizo a su portavoz, Maria Alyokhina, este órgano de la progresía española definía a las Pussy como
“El grupo de los pasamontañas multicolor” (1) que “sigue en lucha contra la violación de los derechos humanos en Rusia y en otras partes del mundo, donde ve con terror cómo la extrema derecha avanza a los mismos pasos agigantados que en su país”.
El retrato que la entrevistada pinta de Rusia es el de un infierno de cárceles – que son “gulags”– donde imperan la “esclavitud y las torturas”, un país donde se asesina a los homosexuales impunemente y “hay presos políticos entrando en prisión todos los días”. Ellas, sin embargo, dedican lo que ganan a ayudar a los presos.(2)
Pocos días después, el mismo medio daba cumplido detalle de los preparativos del encadenamiento de las FEMEN españolas a las vallas del estadio Vistalegre de Madrid, para protestar por el mitin que iba a celebrar el líder de Vox. Muchas personas vieron en este gesto una acción valiente contra los fascistas, igual que recibió elogios el acto de las Pussy Riot en Sevilla. Los trampantojos “anti-fascistas” están para eso; pero, si rasgamos un poco en su superficie, historia, acciones y declaraciones, lo que se descubre es algo muy diferente.
En 2012, las Pussy Riot eran un grupo de 11 chicas rusas, de entre 20 y 33 años, que hizo titulares en todo el mundo cuando irrumpieron en una iglesia ortodoxa de Moscú, tocadas con esos verdugos de colorines, y montaron un show para protestar contra Putin. Fueron acusadas de profanación, llevadas a juicio y condenadas a dos años de cárcel, que no cumplieron en su totalidad; pero este hecho fue objeto inmediato de una campaña internacional de apoyo a la acción de las Pussy Riot y de condena al gobierno de Rusia. En la entrevista que les hizo la revista alemana Der Spiegel, estando aún en la cárcel, la pussy-portavoz dejaba patente la verdadera naturaleza de su “anti-capitalismo”, ya que, preguntada por su ideología, respondió lo siguiente:
“Somos parte del movimiento anticapitalista mundial, formado por anarquistas, trotskistas, feministas y autonomistas. Nuestro anticapitalismo no es antioccidental o antieuropeo. Nos consideramos parte de Occidente, y somos producto de la cultura europea. Las contradicciones de la sociedad de consumo nos inquietan, pero no buscamos destruir la sociedad de consumo. La libertad está en el corazón de nuestra ideología, y nuestro concepto de libertad es occidental. Esta es una lucha por la definición correcta de la libertad.» (3)
Es decir, que ni Europa, ni Occidente, ni la sociedad de consumo, son, al parecer, capitalistas, quedando implícito que lo son sólo las sociedades de Oriente, ajenas al ámbito cultural europeo. Y esa insistencia en la “definición correcta” de libertad recuerda demasiado a la que hacen los poderosos grupos ultraliberales, que suelen llevar la palabra de marras en sus denominaciones, como vemos, por ejemplo, en la formación de extrema derecha venezolana Cedice Libertad, en el Foro de la Libertad que dichos grupos celebran anualmente en América Latina, o en uno de sus medios de difusión más conocidos en España, Libertad Digital. Para todos ellos, libertad no significa otra cosa que libertad de mercado o, lo que es igual, libertad para seguir explotando a placer a las clases trabajadoras (de todo sexo, color y nacionalidad).4
Se sabe que Pussy Riot ha recibido apoyo directo del Departamento de Estado norteamericano, ya que le sirve de instrumento para debilitar a su competidor capitalista, Rusia, en la figura de su presidente, Vladimir Putin. Otra parte de la financiación les llega, aunque por vía indirecta, de la Open Society Foundation del magnate George Soros, muy activo en Europa del Este. Por ejemplo, la que era en 2012 coordinadora de la campaña de apoyo a las Pussy Riot en Finlandia, Oksana Chelysheva, era también miembro del comité del EU-Russia Civil Society Forum (Foro de la Sociedad Civil de la Unión Europea y Rusia), fundado en Praga en 2011 con la ayuda del Open Society Fund, así como directora ejecutiva de la Russian-Chechen Friendship Society (Sociedad de Amistad Ruso-Chechena), directamente financiada por la National Endowment for Democracy (NED), cuyo papel injerencista en los países no amigos de Washington es de sobra conocido.(5)
Poco después, las “anti-capitalistas” Pussy Riot apoyaron el golpe de Estado perpetrado por EEUU y la OTAN contra el presidente de Ucrania, Viktor Yanokovich, y mostraron su ferviente admiración por los partidos filo-nazis que los promotores del golpe instalaron en el poder. Se las vio asimismo viajando a Estados Unidos para asistir al Foro de Mujeres de la Cumbre Mundial de Nueva York, donde se hicieron fotos con Hillary Clinton -ya sabemos: feminista y anti-capitalista de toda la vida-, quien manifestó estar “encantada de conocer a estas jóvenes fuertes y valientes”. En 2018, las Pussy Riot volvieron a hacer titulares por su protesta en el Mundial de Fútbol de Rusia. A partir de entonces, todos los medios progres de este hemisferio las auparon como abanderadas del feminismo, dejando a Putin, nuevamente, como el prototipo de fascista.
Ahora dicen ir también contra Trump, pero no parece que lo hagan contra su política exterior. Las Pussy Riot aplaudieron las «Primaveras Árabes» que dieron lugar a las guerras en Libia y Siria, así como más recientemente el intento de golpe de extrema derecha contra los gobiernos de Nicaragua y Venezuela. Hay fotografías de ellas solidarizándose con el opositor golpista venezolano, Leopoldo López, y declaraciones en redes sociales en las que afirmaban:
“Nosotras hemos vivido lo que es estar en una cárcel por querer expresarnos libremente, entendemos lo que sufre Leopoldo López”.(6)
Esto, por si cupiera alguna duda de dónde se hallan las solidaridades de estas “feministas anti-capitalistas”: en personajes de extrema derecha como López, Guaidó o Joshua Wong, santón de las protestas de Hong Kong. Estos dos últimos, aparte de su ideología ultraliberal, tienen en común ser fervientes evangelistas -religión que ya se sabe cómo apoya la causa feminista.
Las FEMEN pertenecen a la misma cepa. Nacidas en Ucrania, comenzaron a actuar en 2008. Una de sus primeras acciones fue, al parecer, la protesta contra la previsible llegada de hinchas de fútbol turcos a Lvov, donde iban a jugar un partido con un equipo local, alegando que ello suponía una amenaza a la pureza genética de los ucranianos. Pero la filiación fascista de este núcleo fundador de FEMEN se puso claramente de manifiesto cuando, durante el golpe de Estado contra Yanukovich, una de sus integrantes, Yevgeniya Kraizman, participó en la Masacre de Odesa junto a los fascistas que prendieron fuego el edificio de los Sindicatos, donde murieron calcinados 116 sindicalistas.
No en vano, una de las fuentes de financiación de FEMEN proviene del millonario estadounidense, Jed Sunden, que fue fundador del Kiev Post, periódico que estuvo apoyando el golpe de Estado en Ucrania, más conocido como EuroMaidan. Aunque sus otras vías de financiación permanecen oscuras, se sabe que las FEMEN actúan semi-desnudas, pero no descalzas. Una periodista ucraniana que se infiltró en el grupo en 2012 informó en un programa de radio que las integrantes de la célula de París recibían un salario de 1.000 dólares al mes, y se les cubrían todos los gastos de billetes de avión, hoteles, taxis y comidas.7
La responsable de esta célula parisina fue Inna Shevchenko. En más de una entrevista reconoció abiertamente que se dedican a dar carnaza: «sabemos lo que los medios necesitan -sexo, escándalos y pelea- y eso es lo que les damos”. Y lo argumentaba recurriendo a los más rancios estereotipos anti-feministas, como asegurar que las jóvenes que querían entrar en el grupo le decían que “los movimientos feministas que existen en Francia (…) son para las mujeres intelectuales que parecen hombres, que niegan la sexualidad y el hecho de que una mujer pueda ser femenina”. Para Shevchenko, “el feminismo clásico es una mujer vieja enferma, que no funciona ya”.8
En 2014, las FEMEN se manifestaban en París contra la candidatura para las elecciones europeas del Frente Nacional, partido de extrema derecha liderado por Marine Le Pen, mientras los medios corporativos las jaleaban como estandarte de la lucha contra la «epidemia fascista«, que según Inna Schevchenko, ellas conocen bien y están trabajando en la «fórmula para combatirla”. Curiosamente, dicha fórmula no la aplicaron en Ucrania, cuando coreaban los eslóganes de grupos fascistas como Sbovoda y Una Unso, tal como demuestra el trabajo de investigación del periodista francés, Oliver Petcher.9 Hay datos de sobra para que el grupo FEMEN levante sospechas, no sólo por su actuación en el EuroMaidan, sino también por su obsesiva tendencia anti-rusa, su apoyo incondicional a la Unión Europea y la potencia aliada, Estados Unidos.
Seguramente, la portavoz en España de las FEMEN, Lara Alcázar, no desconozca estos antecedentes. En la entrevista que le hizo el medio de Soros, eldiario.es, con motivo de la protesta contra el mitin de Vox en Madrid, Alcázar decía:
“Nos encadenamos en Vistalegre (…) para lanzar nuestro mensaje: ‘Cadena Feminista contra el voto fascista’. Interpelamos al feminismo para combatir el fascismo, y llamamos a que todas las demás personas se movilicen”.(10)
Pues bien, nos sobran motivos para creer que, más que a protestar contra el “voto fascista”, vinieron a sazonarlo y aderezarlo para darle gusto. Vinieron y están ahí, como organización internacional bien engrasada por consorcios capitalistas, para dejar por los suelos al feminismo, alimentando el discurso misógino (como puede comprobarse en ciertos foros cada vez que estas señoras montan su show de destete).
Está claro que, al igual que otros trampantojos “ecologistas” como Extintion Rebellion, o “socialistas” como los que nos trae el Departamento de Estado norteamericano,11 Pussy Riot y FEMEN representan un feminismo reaccionario -a la postre un anti-feminismo-, que, sin embargo, ha marcado tendencia entre la izquierda liberal progresista, como pudimos comprobar en las “profanaciones” de espacios y símbolos de culto que han protagonizado algunas de las integrantes de dicho espectro político, y la proliferación de verdugos de colores en sus queridas performances.
Para luchar contra el fascismo, el fanatismo religioso y el capitalismo, hay métodos mucho más eficaces -aunque menos espectaculares-, que no requieren tanto de “echarle genitales o mamas” -o llevarlos por bandera-, como de inteligencia, voluntad y proyecto a largo plazo; y, sobre todo, de un análisis y una acción de clase, de la clase trabajadora organizada, justo lo que está completamente ausente, no por casualidad, del discurso de estos grupos salidos de la factoría del capital.
Los trampantojos anti-capitalistas, sus santones y santonas, son paseados por el mundo para atraer a potenciales anti-capitalistas, anti-fascistas, ecologistas y feministas a su redil; para controlar la disidencia, para dividirnos y confundirnos respecto a cuál es nuestro principal enemigo: la clase que mantiene las estructuras de explotación que hacen posible la esclavitud salarial, la sexual, la racial… y que no titubea en recurrir al fascismo si ve sus intereses amenazados.
Notas:
1 Quizás sea conveniente aclarar que esos capuchones que las Pussy Riot suelen lucir en sus actos, se han llamado siempre verdugos, no pasamontañas; porque se los ponían quienes ejecutaban a los condenados a muerte (Una variante de lana llamada también verdugo nos lo solían encasquetar nuestras madres de pequeños en los fríos inviernos peninsulares, pero esa es otra cuestión). Realmente, por mucho que se tiñan de colorines, a muchas personas los verdugos nos resultan estética y éticamente aborrecibles por la violencia y el terror que simbolizan.
2 https://www.eldiario.es/andalucia/Pussy-Riot-Putin-represion-asesinatos-feminismo_0_948406068.html
3 https://agitacion.wixsite.com/home/post/pussy-riot-cuando-la-propaganda-imperialista-se-viste-de-feminismo- rebelde
4Sobre ello profundicé en http://canarias-semanal.org/not/20828/-red-atlas-conozca-la-actividad-implacable-de-la-internacional-capitalista/
5 https://joequinn.net/2014/02/26/pussy-riot-a-grotesque-creation-of-the-us-state-department/
6 https://agitacion.wixsite.com/home/post/pussy-riot-cuando-la-propaganda-imperialista-se-viste-de-feminismo-rebelde
7 https://www.indybay.org/newsitems/2014/05/19/18755970.php
8 https://www.greanvillepost.com/2013/09/28/controversy-the-fast-food-feminism-of-the-topless-femen/
9 https://olivierpechter.wordpress.com/2014/01/18/xenophobie-et-soutiens-neofascistes-la-face-cachee-des-femen-23/
10 https://www.eldiario.es/sociedad/madrugada-preparo-Madrid-Femen-Vox_0_949805317.html
11 Sobre esto profundicé en http://canarias-semanal.org/art/25705/en-los-estados-unidos-el-socialismo-te-lo-trae-el-departamento-de-estado
Fuentes: