Las Revoluciones de Colores y el imperialismo: cómo surgen, métodos y fines

Arturo César Fernández

El Nuit Debout comparte rasgos con este tipo de movimientos dirigidos desde el poder empresarial americano

Los historiadores han acuñado el término Revoluciones de Colores para definir al conjunto de movilizaciones que han estado sucediendo en los países del bloque del Este desde la invasión de Yugoslavia en el año 2000. Las más reseñables son las llevadas a cabo en Ucrania, Georgia, Kirguizistán, Moldavia o Líbano, sin embargo al ser un fenómeno de plena actualidad van añadiéndose a la lista nuevos episodios de Revoluciones de Colores bien por ser nuevos acontecimientos o por ser revueltas pasadas que no se habían identificado bajo la óptica de las características de una Revolución de Color. Uno de los ejemplos de movilizaciones con las mismas características son las revueltas en Venezuela, Birmania, Bielorrusia o la propia Primavera Árabe. Pero ¿dónde comienza este fenómeno?

Los años finales de la Guerra Fría eran un caldo de cultivo a las revueltas a lo largo de todo el globo. El bloque Occidental con Estados Unidos a la cabeza fomentaba las distensiones entre los dos bloques con la financiación directa o intervención a través de la CIA en países que podían caer en la órbita soviética. Fue en estos años donde en el extenso territorio que abarcaba la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas comenzaron a tener lugar una serie de reivindicaciones de carácter nacional o religioso. Las reivindicaciones se centraban sobretodo en las regiones donde había habido pueblos con una identidad cultural distinta a la tradición eslava del  Imperio Ruso o pueblos que habían estado desligados de Rusia hasta la Revolución de Octubre. Era el caso de los pueblos túrquicos e iranios de Asia Central establecidos en las Repúblicas Soviéticas centro-asiáticas (conformadas como una mera división administrativa), los pueblos Bálticos y las repúblicas caucásicas.

Todas ellas eran regiones que se encontraban en la periferia de la Unión Soviética y suponía un problema para la política interna del país puesto que era la primera vez desde el inicio de la Guerra Fría que se cuestionaba de manera seria la unión de las repúblicas soviéticas por unas reivindicaciones que podían solucionarse dentro del propio país. Sin embargo las distensiones no llegaron a afectar realmente a una Unión Soviética muy castigada por sus políticas económicas y bajo un proceso aperturista que acabaría por hacerla desaparecer. Un ejemplo de ello es conocer un referémdum que se realizó en la URSS meses antes de que esta cayera definitivamente sobre el deseo de la población de seguir o no en la misma. El resultado fue una mayoría aplastante a favor del “sí” en todas y cada una de las repúblicas que conformaban la Unión.(1)

El camino de las diferentes repúblicas que surgieron de la disolución de la URSS fue diverso. En los países centro-asiáticos los miembros de la nomenklatura que representaban el poder de la burocracia soviética en los años de Brezhnev y Gorbachov se hicieron inmediatamente con el poder comenzando una etapa de pseudo-democracia en la que los mandatarios nuevos, aliados ahora de Occidente, ejercían su labor de manera despótica y corrupta. Por otro lado, los países europeos y caucásicos comenzaron su andadura de manera independiente y con un proyecto de nación fijo. Un ejemplo es la República de Azerbaiyán que aprovechó sus recursos petrolíferos para colocarse a la vanguardia de los países de su zona. En otros contextos países como Ucrania o Letonia echaron una mirada a Europa que les fue correspondida. Lo que es claro es que todos los nuevos países compartían dos características comunes: el apoyo de Occidente, en especial de EEUU, y el empeoramiento de sus economías.

Uno de los pactos realizados entre la antigua Unión Soviética y Estados Unidos antes de la disolución de la primera fue la promesa de Bush padre a Gorbachov de que la OTAN respetaría y no intentara anexionar a sus filas a los países pertenecientes al Pacto de Varsovia, los de la órbita socialista y sobre todo a las repúblicas ex-soviéticas, ya que estos suponían una barrera de contención que frenaba los intereses de EEUU frente a Rusia. Pero como vimos a raíz de la Guerra de Yugoslavia en el año 2000, éste pacto no fue respetado. Otras de las violaciones del tratado fueron la inclusión de países del Pacto de Varsovia en la Unión Europea o el establecimiento de bases norteamericanas en Kirguizistán, enclave fundamental para el posterior desarrollo de la Cuarta Guerra afgana.

Lo que denominó Putin como “desastre geopolítico” se estaba llevando a cabo. Ante la falta de un polo opuesto a las políticas económicas occidentales, EEUU había comenzado una expansión de sus fuerzas productivas con la presencia de empresas tanto norteamericanas como europeas en todos los países de pasado socialista. La situación parecía controlada ya que los nuevos gobiernos corruptos y en su mayoría compuestos por ex-políticos soviéticos eran firmes aliados de Occidente por el comercio de las materias primas de las nuevas repúblicas que beneficiaban a las nuevas clases altas surgidas tras la caída de la URSS.

El problema vino a mediados de la primera década de nuestro siglo cuando las imposiciones económico-financieras que venían desde Occidente comenzaron a causar malestar en la población de los países anteriormente socialistas. Los dirigentes ante el peligro de perder su posición privilegiada se tornaron entonces hacia una nueva potencia emergente que había recuperado notablemente su poderío económico: Rusia. De manera progresiva todos los gobiernos del este de Europa, el Caúcaso, Asia central e incluso el Lejano Oriente y Latinoamérica comenzaron a ver en Rusia un mejor aliado que Estados Unidos, puesto que ésta no imponía deliberada y agresivamente sus políticas neoliberales haciendo perder la soberanía de sus Estados.

Es en éste punto donde comienzan las Revoluciones de Colores. Son la reacción de los países occidentales a la pérdida de hegemonía en países de los cuales habían sido aliados y a partir del año 2000 comenzaron a estar en la órbita de los otros focos de poder geopolítico mundial: Rusia y China, el primero por una mayor afinidad cultural, lingüística y de pasado común. Otra de las concepciones de las Revoluciones de Colores es que son las mismas actuaciones encubiertas que se llevaron a cabo por todo el globo a lo largo de lo Guerra Fría contra todo aquel gobierno que no siguiera la democracia liberal solo que con un nuevo modo de actuación con unas características fijas que trataremos de desarrollar a continuación.

“En el mundo moderno, el extremismo se usa como herramienta geopolítica para redistribuir esferas de interés. Y las trágicas consecuencias se pueden ver en la ola de lo que llaman ‘Revoluciones de Colores’ y el choque que sufre la gente de los países que han padecido esos experimentos irresponsables de intromisión en sus vidas, ya fuera esta oculta o en ocasiones directa y brutal”(2)

– La definición como “Revoluciones de Colores” no es casual, en todos aquellos países donde se ha dado un proceso de este tipo los propios manifestantes supuestamente impulsores de las protestas han acuñado un término cromático o similar. Nos encontramos con la Revolución de las Rosas en Georgia; Revolución Naranja en Ucrania; Revolución Blanca en Bielorrusia; Revolución Twitter en Moldavia; Revolución de los cedros en Líbano; Revolución Azafrán en Birmania, Revolución Púrpura en Irak…etc

-Todas ellas tienen como finalidad el derrocamiento del gobierno establecido por tener un carácter “anti-democrático”. Es igual que haya sido legítimamente elegido por elecciones democráticas o que se empiecen a cuestionar desde Occidente prácticas que en otra época se habían hecho la vista gorda con ellas.

-Las formas de protesta son aparentemente pacíficas y se producen en forma de “explosiones democráticas” con aire espontaneísta y aparentemente sin influencias políticas de ningún tipo de una población exaltada que no puede soportar más las políticas llevadas a cabo por su gobierno.

-El grupo social que conforma a las masas exaltadas por excelencia en este tipo de revoluciones son los jóvenes. Unos jóvenes especialmente enfadados y preocupados por la situación de su país y que son el mayor exponente de “cambio y renovación” con unas políticas “modernas” y posiciones ideológicas “nuevas y originales” frente al viejo orden “anticuado y obtuso” que impide crecer a estas carismáticas masas que luchan ferozmente por unos derechos de gestión del sistema. Los discursos vacíos y ambiguos predominan en los movimientos estudiantiles que han jugado un papel importante en este tipo de revueltas sin tener en cuenta la preparación o reivindicaciones de los mismos. Fueron muy efectivos en Ucrania, Bielorrusia, Georgia o Albania al combinar la vistosidad de las protestas y la presencia en las redes sociales así como el uso de la ridiculización y el humor como forma de oposición.

-Los métodos de lucha están relacionados siempre con algún tipo de desobediencia civil que comienzan con manifestaciones o movilizaciones pacíficas y acaban con incontables revueltas por culpa del gobierno de turno que utiliza la violencia policial como arma represiva ante las “pacíficas protestas de las masas”. La realidad es que en la mayoría de lugares donde se ha llevado a cabo una Revolución de Color había siempre un actor político armado que se ha encargado de hacer el trabajo sucio a los manifestantes pacíficos. Podríamos poner el caso de Ucrania, donde actualmente hay neonazis en el gobierno, Kirguizistán o  Egipto donde el cambio de presidente marioneta al servicio de EEUU se produjo en dos ocasiones en un corto periodo de tiempo de forma violenta y pertrechado por prácticamente los mismos actores políticos en ambas ocasiones.

-La gran mayoría de las protestas tenían un perfil anti-socialista. Predominaban las de este tipo en los países ex-soviéticos o en la órbita de la URSS como Rumanía, los países Bálticos, Turkmenistán o Georgia donde el añoro al pasado socialista tanto económica como culturalmente era reseñable.Como hemos explicado al comienzo del ensayo la imposición de neoliberalismo en estos países únicamente trajo la pérdida de su soberanía nacional, unos altos intereses de deuda pública y la destrucción progresiva de su modelo económico en favor de la privatización de sus empresas por parte de entidades occidentales.

-Señalar también la importancia de los medios de comunicación y las redes sociales en estos procesos como creadores de realidad distorsionada. Estos nuevos agentes de socialización que se abanderan como máximos exponentes de la libertad de expresión y en los cuales se canaliza de manera caótica y fugaz la protesta política están siendo el mejor instrumento de contención y ridiculización de lo que deberían ser las acciones organizadas contra el sistema. El incesante bombardeo de información que pone al mismo nivel nimiedades con hechos de importancia provoca que tanto lo banal como lo relevante sea modas de temporada que cae en el olvido a los pocos días. Nunca antes se había criticado y hablado tanto de cualquier aspecto del sistema y nunca antes éste había estado tan seguro.

-Hemos ido viendo como desde Tiananmen hasta las revueltas del pasado año en Hong-Kong los métodos propagandísticos usados por Occidente para deslegitimar los gobiernos de los países objetivos se han ido perfeccionando no solo frente a la opinión pública internacional sino en los propios países donde se estaban produciendo las revueltas. El máximo exponente llegó en Moldavia con la Revolución Twitter donde a partir de mensajes anónimos por esta red social logró hacerse viral y acabar derrocando al Partido Comunista moldavo elegido democráticamente en las urnas. Es también común observar como los símbolos utilizados en las revueltas se repiten en varios países o como los métodos propagandísticos que modifican la opinión pública son similares, como es el caso de un espontáneo vídeo con un mismo montaje en las revueltas del Maidán en Ucrania, Venezuela y Hong Kong.

Mismo símbolo y mismas denominaciones cromáticas

Vídeos exigiendo ayuda internacional idénticos en Ucrania, Venezuela y Hong-Kong

Todas las Revoluciones de Colores están dirigidas por unas minorías entrenadas con una financiación extranjera dudosa que han seguido unos mismos pasos de actuación para derrocar a gobiernos de carácter tiránico que ya no respondían a los intereses de Europa o Washington. A través del uso de un amplio aparato propagandístico que conoce bien por donde se mueven las masas y qué las moviliza bajo unos valores “democráticos y pacíficos”, pero que esconden detrás unos intereses geopolíticos y económicos a gran escala.

El cambio fundamental que suponen las Revoluciones de Colores como instrumento de intervención es que bajo una apariencia pacífica en la que involucran a parte de la población no siempre cociente de las consecuencias acaban respondiendo a unos intereses de las potencias imperialistas occidentales que prefieren que sean grupos de poder local los que se manchen las manos.

“…vale decir, que las “Revoluciones de Colores” son sencillamente una nueva forma de derrocar gobiernos sin comprometer la presencia directa de tropas propias y en menor medida, de militar es locales leales al imperialismo, por tanto, la violencia en estos casos es de otro tipo, de la que se puede justificar ante la opinión pública, culpar de ella a las autoridades a derrocar o derrocadas y evadir así responsabilidades.”(3)

Este tipo de presiones perpetradas por la CIA y la Fundación Soros entre otros no solo son puestas en práctica en aquellos lugares donde hay un interés geopolítico directo, si no que a lo largo de los años territorios que no han seguido las políticas neoliberales a raja tabla o con peligro de desestabilización política en favor de una fuerza progresista han sufrido un movimiento parecido. La rebeldía controlada, reaccionaria y al servicio del poder en la sombra de siempre que no hizo falta llevar a mayores en nuestro país por la torpeza de la izquierda la representó el 15M, dando paso al lavado de cara del capitalismo en España.(4)

Anexos

(1) Walker, Edward W. Dissolution: Sovereignty and the Breakup of the USSR.2003
(2)Vladimir Putin, en una reunión del Consejo de Seguridad ruso
(3)Villar Barroso, Óscar El imperialismo, los organismos internacionales y las “revoluciones de colores” en el espacio post-soviético. Una aproximación al fenómeno cromado, 2009, pg 8
(4) El “think thank” neoliberal que diseñó a “Podemos” cuatro años anteshttp://noticias.lainformacion.com/politica/el-think-tank-neoliberal-que-diseno-a-podemos-cuatro-anos-antes_44sNzNPRhUm5HBXo6oZmJ2/
Más
-Losurdo, Domenico, Industria de la mentira y la guerra imperialista, Red Voltaire, 2013
-Losurdo, Domenico, La no violencia: mito y realidades, Red Voltaire, 2010
-Losurdo, Domenico, Tiannamen, veinte años después, Red Voltaire, 2014
-Villar Barroso, Óscar El imperialismo, los organismos internacionales y las “revoluciones de colores” en el espacio post-soviético. Una aproximación al fenómeno cromado, 2009

-Funes, María Jesús A propósito de Tilly: conflicto, poder y acción colectiva. Colección Academia, Madrid 2011

 Arturo César Fernández-Le Gal (@ACF_LEGAL)

Fuentes:

http://agendacomunistavalencia.blogspot.ca/2016/04/las-revoluciones-de-colores-y-el.html

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