Eva Lagunero
La libertad de expresión y asociación sólo para algunos en la “modélica” democracia del Reino Unido
El nuevo podcast llamado “The Watchdog”, del artista de hip-hop Lowkey (*), analiza en detalle las organizaciones que es de interés público conocer -incluidos servicios de inteligencia y grupos de presión que influyen en la política británica e infringen la libertad de expresión apuntando sus armas contra la disidencia. The Watchdog arroja luz sobre historias que los grandes medios corporativos llevan mucho tiempo ocultando.
Desde la década de 1960, la policía británica ha sido acusada de infiltrarse en unas 1.000 organizaciones políticas, ecologistas o sociales. Como parte de sus falsas identidades, muchos oficiales se embarcaron en relaciones sentimentales con algunas militantes llegando incluso a tener hijos con ellas, mientras éstas ignoraban totalmente la vida doble de sus parejas. Más de 20 mujeres han dado el paso de denunciar públicamente que fueron “violadas por el Estado”.
En el podcast, The Watchdog habla con Tom Fowler sobre el escándalo de los llamados “Spycops” (policías espías) en el Reino Unido. Fowler es un veterano militante del sur de Gales, miembro de varios de los grupos que fueron espiados mediante la infiltración policial. Su trabajo puede consultarse en SpyCops.Info, donde publica un podcast semanal sobre desmanes policiales.
En esta conversación, Fowler señala que tras el espectacular éxito del movimiento contra la Guerra del Vietnam en Reino Unido, la policía buscó cualquier modo de evitar la formación de otros movimientos radicales tan amplios. Con el tiempo, esta técnica se extendió hasta el punto que los oficiales espías se habían infiltrado en casi toda la Nueva Izquierda, así como en el movimiento ecologista y grupos anti-militaristas.
La Campaña por el Desarme Nuclear, Greenpeace, los Sindicatos de ferrocarriles, marítimos, de transporte y de bomberos, fueron parte de los grupos infiltrados.
Fue una estrategia tan efectiva que, en un momento dado, la Secretaría Nacional de Tropas Fuera (de Irlanda del Norte) fue ocupada por un policía infiltrado, mientras que, por otro lado, la policía no mostraba ningún interés en vigilar a las bandas y organizaciones violentas de extrema derecha, con las que llegaron a ser tácitamente aliados.
Y mientras tantos y tantos comentaristas se quejan de los excesos de la “cultura de la cancelación”, se sabe que la policía ha operado con el sector privado para mantener una lista negra de «subversivos radicales» (p.ej., personas capaces de organizar sindicatos) para impedir que se les diera empleo en sus profesiones. En este sentido, se convirtieron en valedores de la clase alta.
La policía ha estado remisa de salir al paso en el escándalo de los Spycops, ha intentado negar todo lo posible su implicación ¿Hasta qué punto no está esta política vigente aún? Y ¿Qué técnicas sigue usando la policía para infiltrarse y abortar cualquier movimiento que desafíe el status quo?
(*) Lowkey es un artista de hip-hop británico-iraquí, académico, periodista y miembro de campañas políticas como Stop The War Coalition, Palestine Solidarity Campaign, the Racial Justice Network, y The Peace and Justice Project fundado por Jeremy Corbyn.
Fuentes:
https://canarias-semanal.org/art/31129/la-infiltracion-de-la-policia-britanica-en-grupos-opositores