Mission to Moscow (Misión en Moscú) Dirección: Michael Curtiz, húngaro expatriado de la efímera República Soviética Húngara de 1919, nacionalizado estadounidense. 1943 Guión: Howard E. Koch, que acusado de comunista por el Comité de Actividades Antiestadounidenses tuvo que exiliarse al Reino Unido. Productora: Warner Bros.123 min. B/N EEUU Inglés, ruso, alemán, mandarín, francés subtitulada. Nominada 1944 al Oscar Mejor dirección artística (Blanco y Negro).
Misión en Moscú, de estilo cuasi-documental, con secuencias cinematográficas soviéticas incorporadas, se basó en un libro del mismo título de 1941 escrito por Joseph E. Davies, abogado y ya exembajador estadounidense en Moscú de 1936 a 1938, y se realizó a solicitud del mismo presidente de EEUU Franklin D. Roosevelt. En su libro argumenta que una alianza con la URSS, a la que definió como gran «amante de la paz mundial», era esencial para lo que parecía un conflicto inevitable con la Alemania nazi, consciente de la negligencia de las grandes potencias imperialistas, EEUU, Francia e Inglaterra, en detener el avance del fascismo. El testimonio completo fue tan impactante que el libro se agotó inmediatamente en las librerías. Fue traducido al castellano y editado en Buenos Aires en 1942. En la época de la «caza de brujas», la película fue utilizada para demostrar la «infiltración comunista en Hollywood». Los fundadores de Warner Bros. fueron obligados a arrepentirse y declarar públicamente que lamentaban la realización de Misión en Moscú, destruyendo todas las copias del film. Horas antes de que se celebrara el estreno mundial en Washington, tuvo lugar una proyección privada en la Casa Blanca para Roosevelt. Antes de su lanzamiento en la URSS, fue proyectada para Joseph Stalin en el Kremlin con la asistencia de Joseph E. Davies y la legación británica en la capital soviética.
La película destaca los juicios de Moscú, por sabotaje y atentados contra el joven y amenazado socialismo soviético. Joseph E. Davies, que asistió a todas las sesiones, tras conocer las condenas, emitió su opinión profesional en un cablegrama enviado a Washington: “Es el sentimiento general de los diplomáticos que han asistido al proceso que la prueba ha establecido la existencia de una formidable conspiración política y de un complot extremadamente grave, revelaciones que han proporcionado al cuerpo diplomático la explicación de muchos hechos que se han producido desde hace seis meses en la Unión Soviética”. Y en sus memorias: “Pero el gobierno ha reaccionado con mucho vigor y rapidez. Los generales del Ejército Rojo han sido eliminados y toda la organización del partido ha sufrido una purga y una limpieza completa. Apareció inmediatamente que a varios dirigentes les había picado el virus de la conspiración para derrocar al gobierno y trabajaban en connivencia con los agentes de los servicios secretos de Alemania y Japón.” Y “No había ya quintacolumnistas en Rusia en 1941. Habían sido pasados por las armas. La purga había limpiado el país y lo había desembarazado de todo germen de traición.»
Respecto a su visión del sistema soviético, si bien está impregnada de crítica, trata de ser práctico: “Ellos creen que las grandes revoluciones no pueden ser realizadas por la aplicación de perfumes; que los movimientos anteriores de los intereses del proletariado han sido destruidos por la debilidad y el falso sentimentalismo. Reconocen y lamentan que puede haber muchos inocentes que sufrirán esta situación, pero toman la posición del deber para ayudar a su causa, que es suprema, y que la exitosa elevación de la condición de vida mediante la voluntad proletaria, en histórica perspectiva, justificará su curso actual”. Davies es el prototipo del modelo estadounidense y nada sospechoso de izquierdista, como él mismo reconoce, tanto en el prólogo de la obra como en la introducción de la película: “Como aseguré al Sr. Stalin, al presidente Kalinin y a otros líderes soviéticos, yo no soy comunista. Yo soy lo que se denomina “capitalista”. Estoy orgulloso del calificativo, pero pienso que una palabra mejor es “individualista.” “Mi fe en la religión cristiana es indestructible, así como en las ventajas de nuestra propia forma de gobierno y nuestra propia forma de vida”. Y desde esa posición y desde la objetividad de los hechos defendió totalmente los logros del comunismo en la URSS, siendo testigo del desarrollo de la industria, de las reformas en el ejército, de las colectivizaciones agrarias, de las cuales quedó positivamente impresionado, y del nuevo papel de la mujer en la URSS, trabajando de obreras en las minas y en las fábricas o conduciendo máquinas del ferrocarril sin que ello afectara a su feminidad. Rusia pasó en muy poco tiempo de ser un país feudal y cercano a la Edad Media a ser una potencia mundial. Al empezar la película, Davies sale personalmente, explicando su biografía hasta el momento y aclara que la cinta pretende desvelar la verdad sobre la URSS. La Sra. Davies también aparece junto a la Sra. Molotov, esposa del en esos momentos Premier soviético, en una escena en una fábrica de cosméticos rusa, en la que se quiere endulzar la imagen de la mujer soviética desde la mentalidad americana.
También el informe OWI (Office of War Information – Oficina de Información de Guerra) sobre Misión en Moscú concluía que:00 “Se trata de un medio muy convincente para ayudar a los estadounidenses a entender a sus aliados rusos. Se ha hecho todo lo posible para demostrar que los rusos y los estadounidenses no son tan diferentes después de todo”. “Los líderes de ambos países desean la paz y ambos poseen una franca honestidad de dirección y propósito. Uno de los mejores servicios realizados por esta película es la presentación de los líderes rusos, no como locos de mirada salvaje, sino clarividentes, formales, estadistas responsables. Han demostrado ser muy buenos vecinos, y este film ayudará a explicar por qué, así como a fomentar la fe en la viabilidad de la cooperación de posguerra”.
El crítico del New York Times, el futuro opositor de McCarthy, Bosley Crowther, consideró creíbles los intentos de la película por rehabilitar a Stalin: “Basado totalmente en las observaciones personales reportadas por el Sr. Davies en su libro, obviamente resultará ofensivo para aquellos que han desafiado sus puntos de vista. Particularmente, enfurecerá a los llamados trotskistas por su reconstrucción visual de los famosos «juicios de Moscú»… Porque pone en antecedentes a millones de espectadores que comprenden que los muchos generales «purgados» y otros líderes eran conspiradores implicados en un complot”.
Sin ninguna duda, una película que invita a su visionado ahora que, frente a la imagen del gran Gulag estalinista con que la propaganda capitalista demonizó a Stalin y a la URSS, en 2016 más de la mitad de los rusos opinó que el líder desempeñó un papel positivo en la historia del país. Lo que confirma Svetlana Aleksiévich, Premio Nobel de Literatura en 2015: “El culto a Stalin ha vuelto. La mitad de los jóvenes considera que fue un gran dirigente político”
Igualmente es interesante el visionado ahora que los gobiernos fascistas de los estados postsoviéticos abanderan cruzadas para el revisionismo y el falseamiento de la historia en lo referente a la antigua URSS y a la IIª Guerra mundial.
Fuentes:
http://www.redroja.net/index.php/cultura-critica/4323-mission-to-moscow-mision-en-moscu