Pablo Hernández Jaime
El concepto de trabajo es, probablemente, uno de los más importantes e intrincados de la obra de Marx. Digo que es un concepto importante porque se ubica en el corazón mismo del pensamiento marxiano, tanto a nivel filosófico como económico: está en el centro de su concepción de ser humano [1], en la relación metabólica de éste con la naturaleza [2] y es uno de los elementos nodales en su crítica de la economía política [3]. Sin embargo, también se trata de un concepto intrincado, que abarca distintos niveles de análisis, tiene diferentes acepciones y se ramifica en conceptos más específicos. Mi objetivo en este artículo es intentar caracterizar de forma sencilla dos de estos conceptos más específicos: los de trabajo productivo e improductivo.
A mi juicio, para facilitarnos la comprensión de estos conceptos, resulta útil preguntarnos ¿qué es lo que produce el trabajo al que llamamos productivo?, ¿qué cosas produce nuestro trabajo?, y ¿qué es lo que entendemos cuando hablamos de riqueza, valor y plusvalor? Empecemos por la segunda y tercera de estas preguntas.
I. Riqueza material y trabajo
Por lo general, el trabajo crea riqueza material. Pero ¿qué entendemos cuando hablamos de esta riqueza? De acuerdo con Marx, la riqueza material puede entenderse como el universo de los valores de uso, es decir, como el conjunto total de las cosas que nos permiten satisfacer alguna necesidad humana [4]. No importa si se trata de una necesidad básica, como comer o guarecerse, o si se trata de una necesidad social o intelectual, como ir a la escuela, aprender un oficio, practicar un deporte o apreciar cualquier forma de arte; la riqueza es todo aquello que nos permite cubrir nuestras necesidades [5].
Sin embargo, no toda la riqueza material es producto del trabajo y no todo el trabajo produce riqueza material.
Hay bienes de la naturaleza que son directa e inmediatamente asequibles, como el aire o la luz solar. Estos recursos naturales son riqueza material, aunque no sean producto de ningún trabajo humano [6]. Si el agua potable fuera directa e inmediatamente asequible para todos, podríamos contarla entre este tipo de bienes; sin embargo, el agua potable es un recurso que, incluso cuando es por completo natural (es decir, cuando no es resultado de tratamientos especiales para hacerla potable) suele estar lejos de muchas personas, por lo que es necesario trabajar para construir presas y acueductos que nos faciliten el acceso a ella. De manera que el agua naturalmente potable no es un producto del trabajo, pero el agua naturalmente potable, llevada hasta nosotros para que podamos consumirla, sí es producto del trabajo.
Por otro lado, hay trabajos que no dan como resultado ninguna riqueza material. Esto puede ocurrir cuando un proceso de trabajo no da buenos resultados (por ejemplo, cuando a un panadero se le quema el pan) o, simplemente, cuando dicho trabajo no está orientado a ningún objetivo claro (lo que pasaría, por ejemplo, si alguien se pone a cavar un hoyo en el jardín de su casa solo para rellenarlo después). A este tipo de trabajo Marx lo denomina trabajo inútil.
El trabajo, de acuerdo con Marx, es la actividad que le permite al ser humano tomar algo del medio ambiente y transformarlo para crear algo capaz de satisfacer una necesidad. Por eso comencé diciendo que, por lo general, el trabajo crea riqueza material. Sin embargo, es importante tener claro que ni todo el trabajo crea esta riqueza ni toda la riqueza material es producto del trabajo.
II. Riqueza material y mercancías
Al inicio de El Capital, Marx nos dice que “la riqueza de las sociedades en las que domina el modo de producción capitalista se nos presenta como un ‘enorme cúmulo de mercancías’” (Marx, 1975, p. 43). Pero ¿qué son las mercancías?
De acuerdo con Marx, las mercancías son productos con valor de uso para su venta en el mercado, pero no son todos los valores de uso. En otras palabras, las mercancías son solo una parte, un subconjunto, de la riqueza material de una sociedad [7]. Precisamente, las mercancías son la parte de la riqueza producida que, para poder llegar a ser consumida y, por tanto, para poder satisfacer la necesidad de alguien, antes debe ser vendida y comprada en el mercado.
Una particularidad de las mercancías es que éstas, además de tener un valor de uso, tienen valor [8]. Pero ¿qué es el valor? Para Marx, el valor es lo que permite que mercancías tan distintas como tenis, aviones o hamburguesas puedan ser comparadas las unas con las otras y, por tanto, intercambiadas de forma equivalente. Este valor es el“tiempo de trabajo socialmente necesario para la producción de un valor de uso”(Marx, 1975, p. 48).
Pero ¿qué quiere decir esta definición? De acuerdo con Marx, el valor es el esfuerzo humano (trabajo abstracto y general) que se necesita en términos promedio para la producción de un valor de uso destinado para el mercado. Es importante notar que estamos hablando del esfuerzo humano, del trabajo, en términos muy abstractos y generales. No hablamos del trabajo entendido como el trabajo concreto del panadero o del costurero. Hablamos del trabajo entendido como un puro ejercicio de esfuerzo humano simple [9]. En ese sentido, la única manera de medir este esfuerzo es en términos del tiempo necesario para la producción de cada mercancía.
Hay dos cosas que es importante aclarar aquí. La primera es que, cuando hablamos de valor, estamos hablando del tiempo de trabajo socialmente necesario y no del tiempo de trabajo individual. El valor no es el tiempo de trabajo que se pueda tardar una persona en producir cualquier cosa, sino el tiempo promedio que se requiere socialmente. La segunda cosa que hay que aclarar es que el valor solo realiza su existencia cuando el producto es vendido en el mercado. ¿Qué quiere decir esto? El valor se crea con el esfuerzo humano. Pero dicho valor no es una cosa que naturalmente esté en los bienes que producimos. Esos bienes contienen trabajo. Pero dicho trabajo solo realiza su existencia como valor cuando el producto es vendido en el mercado [10]. Hasta antes de su venta, el valor es solo una promesa que aún no se cumple.
III. Mercancías y plusvalor
Una mercancía es cualquier producto con valor de uso para la venta en el mercado. Sin embargo, no todas las mercancías son producidas bajo las mismas condiciones. No es igual la mercancía de un panadero que produce para la subsistencia suya y de su familia, que la mercancía de un panadero que recibe un salario a cambio de producir panes para una panificadora.
Lo que tienen en común ambos panaderos es que los dos producen panes para su venta en el mercado. En ese sentido, ambos producen mercancías. Sin embargo, el primer panadero se apodera de todo el valor que produjo con su propio trabajo, mientras que el segundo panadero solo se apodera de una parte de este valor, la parte que corresponde a su salario. El resto del valor creado por el panadero asalariado se lo quedan los dueños de la panificadora y es precisamente de allí de donde salen sus ganancias.
Esta sola diferencia cambia radicalmente la naturaleza de una y otra mercancía. El panadero autoempleado produce mercancías con valor, pero el panadero asalariado produce además un valor excedente, que él no se apropia, pero del que sí se apoderan sus patrones. Esto es lo que Marx denomina plusvalor. Esta distinción es importante porque el modo de producción capitalista no es solo, ni fundamentalmente, una economía que produce mercancías; es, sobre todo, una economía que produce mercancías explotando trabajo asalariado [11].
La existencia del trabajo asalariado permite que los patrones de las empresas se apropien de una parte de los valores producidos por los obreros bajo la forma de plusvalor. Y este plusvalor es lo que permite que los capitalistas obtengan un beneficio y hagan crecer sus inversiones, haciendo engordar sus capitales.
IV. El trabajo productivo
Ya sabemos, aunque sea en términos generales, qué son la riqueza material, el valor y el plusvalor, y sabemos también cuándo se producen. La riqueza material se crea cuando el trabajo o los productos del trabajo permiten satisfacer alguna necesidad humana. El valor, por su parte, se crea con el tiempo de trabajo socialmente necesario para la producción de riqueza material, y dicho valor se realiza cuando la riqueza en cuestión es vendida en el mercado [12]. El plusvalor, finalmente, se produce cuando las mercancías son creadas con el objetivo de generar ganancias a través de la explotación de trabajo asalariado.
Una aclaración que es importante hacer es que no todo el trabajo asalariado crea valor o plusvalor. Esto ocurre cuando el trabajador asalariado no produce ninguna mercancía, como cuando una familia adinerada contrata a un jardinero para que arregle los jardines de su casa. Este jardinero vende su fuerza de trabajo a cambio de un salario, pero lo que produce no es una mercancía y, por tanto, aunque produce riqueza material al satisfacer una necesidad, no crea valor ni plusvalor [13].
¿Qué son, entonces, el trabajo productivo e improductivo? Por lo general, Marx circunscribe o restringe el concepto de trabajo productivo al ámbito específicamente capitalista. Es decir, cuando Marx habla de trabajo productivo, muchas veces habla solo del trabajo que crea plusvalor.
Trabajo productivo, en el sentido de la producción capitalista, es el trabajo asalariado, que, al ser cambiado por la parte variable del capital (la parte del capital invertida en salarios) no sólo reproduce esta parte del capital (o el valor de su propia fuerza de trabajo), sino que produce, además, una plusvalía para el capitalista (Marx, 1980, p. 137).
Sin embargo, es posible hablar de trabajo productivo también en términos de riqueza o valor, simplemente hay que explicitar desde qué punto de vista se dice que un trabajo es o no es productivo.
Desde el simple punto de vista del proceso laboral en general, se nos presentaba como productivo aquel trabajo que se realizaba en un producto, más concretamente, en una mercancía. Desde el punto de vista del proceso capitalista de producción, se agrega la determinación más precisa de que es productivo aquel trabajo que valoriza directamente al capital, o que produce plusvalía… (Marx, 1971, p. 77).
Ahora podemos responder la pregunta con la que iniciamos este artículo: ¿qué es lo que produce el trabajo que llamamos productivo?
- Desde el punto de vista capitalista, el trabajo productivo es solo el que crea plusvalor; en otras palabras, aquí solo serían productivos los trabajos asalariados que producen valores de uso para su venta en el mercado y con el objetivo de lograr una ganancia.
- Desde el punto de vista más amplio de la producción de mercancías y valor, el trabajo productivo sería aquel que produce mercancías, independientemente de si éstas fueron producidas con trabajo asalariado o no.
- Finalmente, desde el punto de vista aún más amplio de la riqueza material, el trabajo productivo sería cualquier trabajo capaz de crear un valor de uso; es decir,cualquier trabajo que, al crear un producto o brindar un servicio, permita satisfacer cualquier necesidad humana.
V. Una aclaración final
Es importante dejar claro que cuando Marx habla de trabajo productivo nunca se está refiriendo a que el trabajo en cuestión produce una cosa física. Cuando decimos riqueza material no estamos diciendo que esa riqueza es necesariamente una cosa palpable. Por ejemplo, los músicos de un concierto cuando tocan sus instrumentos están creando una riqueza que es consumida en el momento exacto en que es producida. Los maestros de las escuelas, con su labor educativa, también están satisfaciendo una necesidad social, aunque su labor produzca una riqueza que solo existe en la mente y cuerpo de sus alumnos. Y algo muy parecido puede decirse de muchos otros trabajos y profesiones. El criterio para decir que se ha creado riqueza no es, entonces, que el producto se pueda tocar con las manos, sino el hecho de que tal trabajo permite la satisfacción de necesidades humanas.
Ahora bien, todos estos trabajos que crean riqueza pueden, a su vez, convertirse en creadores de valor y plusvalor bajo las relaciones sociales adecuadas.
Una cantante que canta como un pájaro es una trabajadora improductiva [de plusvalor, PBHJ]. En la medida en que vende su canto, es una asalariada o una comerciante. Pero la misma cantante, contratada por un empresario (entrepreneur) que la hace cantar para ganar dinero, es una trabajadora productiva [de plusvalor, PBHJ], pues produce directamente capital. Un maestro de escuela que enseña a otros no es un trabajador productivo [de plusvalor, PBHJ]. Pero un maestro de escuela que es contratado con otros para valorizar mediante su trabajo el dinero del empresario (entrepreneur) de la institución que trafica con el conocimiento (knowledge mongering institution), es un trabajador productivo [de plusvalor, PBHJ] (Marx, 1971, p. 84).
La cita es muy ilustrativa. Cuando Marx dice que la cantante o el maestro son trabajadores improductivos no está diciendo que no creen riqueza; únicamente está diciendo que no producen de plusvalor. Pero en la medida en que su trabajo se convierte en asalariado y el producto de su actividad se vuelve una mercancía, tanto la cantante como el maestro se convierten en trabajadores productivos de plusvalor y, por tanto, generan un beneficio para los capitalistas que los contratan.
Pablo Hernández Jaime es doctor en Ciencias Sociales por El Colegio de México e investigador del Centro Mexicano de Estudios Económicos y Sociales.
NOTAS
[1] Véase, por ejemplo, la forma en que, en los Manuscritos de economía y filosofía manuscritos (1972, p. 112), Marx indica que el trabajo es “la actividad vital” del ser humano; de manera que “la vida productiva es […] la vida genérica”, es decir, la vida del ser humano en tanto género humano. Pero ¿por qué? En La ideología alemana (2014, p. 16), Marx señala que “el hombre mismo se diferencia de los animales a partir del momento en que comienza a producir sus medios de vida […] al producir sus medios de vida, el hombre produce indirectamente su propia vida material”. Así, el trabajo (en un sentido muy amplio) no solo es una actividad vital, sino que es una actividad que permite autodeterminación histórica del ser humano. Esta autodeterminación le permite transformar sus maneras de producir, distribuir y consumir, así como sus formas de relacionarse con los demás en el proceso, desarrollando, además y progresivamente, nuevas necesidades y capacidades. Por supuesto, esto no quiere decir que, para Marx, la esencia humana se identifique con algún tipo particular de trabajo o suponga que el ser humano “debe” dedicarse solo a trabajar. El trabajo, históricamente, también ha permitido la creación del tiempo libre y, con este, un amplio abanico de formas distintas de manifestar la vida humana y, por tanto, formas de ser humano.
[2] “La naturaleza es el cuerpo inorgánico del hombre […] que el hombre vive de la naturaleza quiere decir que la naturaleza es su cuerpo, con el cual ha de mantenerse en proceso continuo para no morir”. Esta naturaleza es, al mismo tiempo “un medio de subsistencia inmediato” y también “el objeto e instrumento de su actividad vita”, es decir, el objeto e instrumento de su trabajo (Marx, 1972, pp. 111–112).
[3] Vasta con identificar que una de las relaciones sociales centrales del análisis de Marx en El Capital es la relación de explotación, misma que consiste, esencialmente en la apropiación privada de un trabajo ajeno.
[4] “En sí y para sí, una cantidad mayor de valor de uso constituirá una riqueza material mayor; dos chaquetas, más riqueza que una. Con dos chaquetas puede vestirse a dos hombres, mientras que con una sólo a uno, etc.” (Marx, 1975, p. 56). Puede verse también la Contribución a la crítica de la economía política (Marx, 2008, p. 19), donde Marx establece una sinonimia entre riqueza material y valores de uso.
[5] “…La naturaleza de esas necesidades, el que se originen, por ejemplo, en el estómago o en la fantasía, en nada modifica el problema” (Marx, 1975, p. 43).
[6] Para Marx, la riqueza es el universo de los valores de uso, sean estos un producto del trabajo o no. Esto queda claro cuando indica que “el trabajo no es la fuente de toda riqueza. La naturaleza es tanto fuente de los valores de uso (¡y de éstos se compone, desde luego, la riqueza material!) como el trabajo…” (Marx, 2012, p. 655). Por supuesto, aun cabría pensar que la riqueza material podría ser solo el subconjunto de los valores de uso que son producto del trabajo, generando así una distinción conceptual entre valores de uso y riqueza material. Pero esto queda claro en El Capital cuando Marx señala que “la existencia […] de todo elemento de riqueza material que no sea producto espontáneo de la naturaleza, necesariamente estará mediada siempre por una actividad productiva especial” (Marx, 1975, p. 52) , implicando que la riqueza material que es producto del trabajo es solo un subconjunto de toda la riqueza material donde también están incluidos los elementos que son un “producto espontáneo de la naturaleza”.
[7] La producción de autoconsumo, y una gran parte de todo el trabajo de cuidados y de reproducción al interior de los hogares constituye producción de riqueza material, pero no de mercancías. Esto puede quedar muy claro si consideramos, por ejemplo, que la comida cruda muchas veces no puede ser directa e inmediatamente consumida en los hogares, sino que necesita de un trabajo adicional de cocción y preparación para su consumo.
[8] Al inicio de El Capital, Marx dice que las mercancías están constituidas por valor de uso y valor de cambio. Pero más adelante en el mismo capítulo indica que esto es falso: “si bien al comienzo de este capítulo dijimos, recurriendo a la terminología en boga, que la mercancía es valor de uso y valor de cambio, esto, hablando con precisión, era falso. La mercancía es valor de uso u objeto para el uso y ‘valor’” (Marx, 1975, p. 74). Después de esta aclaración, Marx especifica que el valor de cambio es solo la proporción de cambio entre mercancías y, al mismo tiempo, la forma de existencia del valor. Sin embargo, el valor de cambio no es el valor, ni es lo que está contenido en las mercancías.
[9] En este artículo no aclaramos este punto, pero es crucial para entender la noción de valor de Marx, pues el trabajo abstracto y general, para ser por completo homogéneo, tiene que ser un trabajo del mismo grado de complejidad. En ese sentido, Marx señala que los trabajos más complejos pueden ser reducidos analíticamente a la suma de trabajos simples, es decir, a la suma de esfuerzos que no requieren una calificación o destreza elevadas.
[10] Por eso la forma de existencia del valor es el valor de cambio, es decir, la proporción de cambio de distintas mercancías. Considerando esto, es importante enfatizar, como Marx, que el hecho de que un producto pueda ser llevado al mercado no es algo transhistórico, sino algo que ocurre solo al interior de ciertas relaciones sociales históricamente determinadas, particularmente, la propiedad privada.
[11] “La producción capitalista no sólo es producción de mercancía; es, en esencia, producción de plusvalor” (Marx, 1975, p. 616).
[12] El dinero, que surge como un resultado de la dinámica propia de los mercados, representa también una forma de riqueza, solo que se trata de una riqueza cuyo valor de uso es permitir el intercambio de equivalentes y, además, es una forma eminentemente fetichizada de riqueza. Marx suele distinguirla de la riqueza material bajo las denominaciones de riqueza capitalista o riqueza burguesa.
[13] “Así como las mercancías que el capitalista compra con una parte del plusvalor para su propio consumo no le sirven como medios de producción y de valorización, el trabajo que adquiere para la satisfacción de sus necesidades naturales y sociales no es trabajo productivo” (Marx, 1975, p. 726).
Fuentes:
https://cemees.org/2025/05/22/sobre-el-trabajo-productivo-e-improductivo-en-marx/