Hoy la burguesía y los social-traidores están jubilosos en Berlín, lo consiguieron asesinando a Karl Liebknecht y Rosa Luxemburgo. Ebert y Scheidemann, quienes durante cuatro años condujeron a los trabajadores a la masacre por el bien de la depredación, ahora han asumido el papel de carniceros de los líderes proletarios. El ejemplo de la revolución alemana demuestra que la ”democracia” es sólo un camuflaje para el robo burgués y la violencia más salvaje.
Lenin