Los científicos y los publicistas burgueses defienden ordinariamente el imperialismo en una forma algo encubierta, velando la dominación absoluta del imperialismo y sus raíces profundas, procurando llevar a primer plano las particularidades y los detalles secundarios, esforzándose por desviar la atención de lo esencial mediante proyectos de "reformas" faltos por completo de seriedad, tales como el control policiaco de los trusts o de los bancos, etc. Son menos frecuentes las manifestaciones de los imperialistas cínicos, declarados, que tienen el valor de reconocer lo absurdo de la idea de reformar las características fundamentales del imperialismo.
Lenin