Los que niegan o desestiman la función atribuida a la base de masas del fascismo, confían en su convicción de que las clases medias, que ni disponen de los grandes medios de producción ni trabajan en ellos, no pueden, a la larga, hacer la historia y se encuentran a caballo entre el capital y el mundo del trabajo. Olvidan que las clases medias son perfectamente capaces de hacer la historia y que la hacen efectivamente, sí no a largo plazo, al menor durante un periodo históricamente limitado, lo que confirma la historia del fascismo alemán y del italiano. No tenemos aquí solamente en cuenta la anulación de las organizaciones obreras, las innumerables víctimas, el asalto de la barbarie, sino sobre todo, los obstáculos puestos a la transformación de la crisis económica en la conmoción de la sociedad, en la revolución social. Una cosa es evidente: cuanto más numerosa e influyente en una nación es la clase media, tanto más hay que contar con ella como potencia social que actúa.
Wilhelm Reich