La vía de la reforma no es una suma de promesas inocentes, sino la expresión política de la subordinación de la acción de la clase obrera a los límites del Estado y la forma-salario. Reforma y revolución no son —como señalara Rosa Luxemburgo— dos medios diferentes para un mismo fin, sino medios diferentes para fines dispares: la abolición de las relaciones de producción capitalistas o su perpetuación edulcorada. Desligada de la causa final del socialismo, la reforma tiene la preservación del capitalismo como fin inconfeso.
Lenin