El deseo de un ser humano de someter a la persona y la hacienda de otro a sus placeres, pese al daño o a la pérdidad de placer que ello ocasione al otro individuo, es la base del gobierno. El deseo del objeto implica el deseo del poder necesario para obtener el objeto. El deseo, pues, del poder que es necesario para sometera las personas y las haciendas de seres humanos a nuestros placeres es una de las grandes leyes que rigen a la naturaleza humana...El gran instrumento para lograr lo que le agrada a un hombre son los actos de otros hombres. El poder, pues, significa la seguridad para la conformidad entre la voluntad de un hombre y los actos de otros hombres. Esta proposición, suponemos, no será objeto de disputa.
James Mill